La gala llegó precedida por una alfombra roja en la que prácticamente la totalidad de los artistas vistió de negro, como protesta por el acoso sexual, pero la crítica contra el machismo continuó durante toda la gala al calor de los movimientos "Me Too" ("Yo también") y "Time's Up" ("Se acabó el tiempo"), cuyo objetivo es denunciar el acoso sexual en Hollywood.
Una reivindicación en la que además algunas de las estrellas acudieron acompañadas de activistas, en una campaña que se desarrolló en redes sociales a través de la etiqueta #whywewearblack, que solicita "igualdad en todas las industrias, seguridad para todos los trabajadores e inclusión de todas las mujeres y las personas marginadas".
Durante la ceremonia, Oprah Winfrey, ganadora del premio honorífico Cecil B. DeMille, fue una de las más tajantes en los discursos al dirigirse contra "los hombres poderosos y brutales" que han dominado el mundo durante mucho tiempo: "Su momento ha llegado. Se acabó el tiempo".
"Tenemos por delante un nuevo día y cuando finalmente amanezca ese nuevo día será gracias a muchas mujeres, muchas de las cuales están en esta sala, y muchos magníficos hombres que van a luchar unidos para garantizar que llegue el momento en el que nadie tenga que decir, nunca más, 'yo también'", finalizó Winfrey con pasión ante un público puesto en pie.
Barbra Streisand, que puso el colofón a la velada al anunciar el premio a la mejor cinta dramática, aprovechó la ocasión para denunciar que ella es la única mujer que ha ganado el Globo de Oro a la mejor directora, distinción que logró en 1984 por Yentl.
"Eso fue hace 34 años. Amigos, se acabó el tiempo. Necesitamos más mujeres cineastas y más mujeres nominadas a mejor directora", afirmó en una gala en la que no había ninguna realizadora como candidata.
Sentidos discursos y ácidos dardos sobre Weinstein y Spacey
Por su parte, Nicole Kidman, que triunfó con la miniserie Big Little Lies, recordó sobre el escenario que su personaje de una mujer maltratada representa los abusos que ahora son el centro de la conversación en Hollywood.
"Creo y espero que podamos suscitar un cambio a través de las historias que contamos y la manera en las que las contamos. Mantengamos vivo el debate", señaló.
Y Frances McDormand, ganadora del premio a la mejor actriz de drama por la cinta Tres anuncios en las afueras, dijo sentirse genial por estar en una velada como la de hoy y por ser parte de "un movimiento tectónico en la estructura de poder" de la industria del cine.
La noche comenzó con humor ácido gracias a los venenosos dardos enviados por el maestro de ceremonias, Seth Meyers, que salió airoso de la compleja tarea de abordar con chistes los escándalos sexuales de Hollywood.
"Buenas noches, damas y los caballeros que queden", dijo nada más aparecer en pantalla. "Es 2018. La marihuana está permitida por fin (en California) y el acoso sexual ya no. ¡Va a ser un buen año", ironizó.
Meyers se refirió explícitamente a Harvey Weinstein, el depredador sexual cuyas decenas de agresiones sexuales inspiraron el movimiento "Me Too" para que las víctimas de abusos denunciaran sus casos.
"Volverá (a los Globos de Oro) cuando sea la primera persona abucheada durante el 'en recuerdo'", comentó con sarcasmo acerca del segmento de las galas dedicado a las personas fallecidas.
Tampoco se escapó de sus chistes Kevin Spacey, repudiado de Hollywood por sus casos de abuso. "Van a hacer otra temporada de House of Cards. ¿También está Christopher Plummer disponible para eso?", afirmó en referencia al reemplazo a última hora de todas las escenas de Spacey en la película "Todo el dinero del mundo".
Susan Sarandon y Geena Davis, las estrellas de Thelma y Louise (1991), criticaron al presentar un premio la desigualdad salarial entre hombre y mujeres en el cine, mientras que toda una leyenda como Kirk Douglas, a sus 101 años, compareció por sorpresa en la ceremonia para presentar uno de los galardones y recibió, por ello, una enorme ovación del público.