"Las predicciones meteorológicas habituales no contemplan los efectos locales que genera el relieve, por lo que, en ocasiones, el tiempo reinante y el que estaba previsto distan mucho de ser similares. Cada una de las Islas puede considerarse un accidente geográfico especial y, a su vez, dentro de cada una de ellas hay accidentes geográficos singulares que durante un fenómeno meteorológico adverso generan riesgos muy importantes para la población", explica Nieves Lady Barreto.
La empresa pública Grafcan ha asumido esta nueva competencia para actuar como Oficina de Estudio de la Climatología e iniciará la implantación de un sistema de gestión de datos analizando, en primer lugar, las redes de sensores meteorológicos existentes (propiedad, tipos de sensores, políticas de acceso a datos, cobertura territorial) para, seguidamente, identificar de manera precisa cuáles son los emplazamientos adecuados para distribuir los sensores en cada Isla.
En una primera previsión, Grafcan ha planteado la instalación de un total de 27 sensores distribuidos por todas las Islas. Se trata, fundamentalmente, de estaciones meteorológicas y microrradares cuya instalación se iniciará a principios de 2018 y estará completa en 2019.
Los datos aportados por estas fuentes se completarán con el acceso a la información de satélites a través del European Centre for Medium-Range Weather Forecast (ECMWF) y el European Organisation for the Exploitation of Meteorological Satellites (EUMETSAT).
"La mejora de nuestra capacidad de predicción meteorológica es fundamental desde el punto de vista de la protección civil, pero, además, nos da la posibilidad de crear una base de histórica de datos y contar así con una herramienta estratégica para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático", añade la consejera.