Matilde Rubio explicó que el análisis del espacio construido desde la perspectiva de género permite trabajar hacia la construcción de un entorno más cómodo, seguro y amigable, que tenga en cuenta todas las etapas de la vida del ser humano, desde la infancia hasta la vejez. "Por ello, el urbanismo y el diseño urbano, por su capacidad para la creación de espacios más iguales y democráticos, se configuran como medios indispensables para contribuir al cambio al que la sociedad actual aspira, eliminando las desigualdades y promoviendo la igualdad en todas las políticas y acciones que se desarrollen", concluyó.
A través de su ponencia Integración de la perspectiva de igualdad de género en un Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad en el Sector Turístico, Matilde Rubio explicó los proyectos que está desarrollando la Consejería en este sentido, y apuntó algunas medidas a tener en cuenta como, por ejemplo, el aumento de la señalización en las urbes; la mejora de la iluminación del espacio público y el rediseño de este para favorecer la visibilidad; la puesta en valor de la actividad comercial al aire libre; el fomento de los entornos vigilados, evitando la proliferación de muros ciegos a nivel de calle, recovecos, cerramientos opacos de parcelas, entre otros.
"El desarrollo de las materias urbanísticas desde esta perspectiva de género no consiste en elaborar y cumplimentar un epígrafe aislado en el proyecto, sino que debe aspirar a acercarse al territorio y a la ciudad, y mirarla y planificarla desde una visión más humana y cercana a la vida cotidiana, con el propósito de crear ciudades más cómodas y seguras, en las que poder combinar las esferas personal, productiva, reproductiva y comunitaria y que estas sean más fáciles y útiles para todos sus habitantes", destacó la arquitecta.