La edición de este año, que cuenta con la colaboración de los ayuntamientos del Sur de la isla, tiene como novedad la iniciativa 'La noche en Negro por las pardelas', con la que se quiere implicar a las administraciones, empresas, ciudadanos y turistas en la conservación de esta especie. Con el simple gesto de apagar las luces o disminuir su intensidad el sábado 2 de noviembre, entre las 22,00 y las 01,00 horas, se espera disminuir el número de especies accidentadas.
Cabe destcar que la pardela cenicienta, conocida por la población por su característico canto 'guaña, guaña', es un ave que vive en alta mar y que sólo viene a tierra a anidar. Construyen sus nidos en cuevas o agujeros de zonas acantiladas y los padres alimentan a su única cría hasta que adquiere el tamaño y fuerza suficiente para emprender el vuelo. La salida de los pollos de pardela de la madriguera tiene lugar por la noche, para protegerse de los posibles depredadores.
Pero, debido a la gran contaminación lumínica de nuestras costas, un alto número de pardelas, sobre todo las noches de luna nueva, pierden el rumbo hacia el mar y caen a tierra siendo incapaces de remontar el vuelo por si solas. Además, algunas de ellas sufren heridas. La pardela ha sido declarada por SEO/BirdLife Ave del año 2013.
En este sentido, la consejera de Medio Ambiente del Cabildo, Ana Lupe Mora, pone de relieve "el papel que tienen los numerosos voluntarios que colaboran todos los años en la campaña, y que intervienen en el rescate de estos ejemplares, su traslado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla, para su valoración y cura, y su posterior suelta".
Estas tareas son coordinadas por dicho personal con la participación de la Oficina de la Participación y el Voluntariado Ambientales. Así, la consejera insular destaca que "durante la campaña de 2010 se recogió el mayor número de ejemplares de pardelas de los últimos 15 años, 1.772 ejemplares, cifra que disminuyó en 2012 a 853, de los que aproximadamente un tercio procedían del municipio de Arona. El 95 por ciento de las pardelas accidentadas fueron devueltas al mar.