El objetivo de este proyecto presentado hoy ha sido rescatar una de las herramientas que tradicionalmente se ha desarrollado en el entorno rural para la realización de cortafuegos de forma natural: el pastoreo de los rebaños de animales en zonas de riesgo de incendios. Es la primera vez que el Cabildo utiliza el pastoreo controlado para la prevención de incendios forestales y ha dado buenos resultados.
Desde mayo a septiembre de 2014, el Cabildo de Gran Canaria que preside José Miguel Bravo de Laguna ha contratado una asistencia técnica con el objetivo de utilizar el pastoreo controlado como herramienta para la prevención de incendios forestales en Gran Canaria. Dicha asistencia técnica contó con un presupuesto de 14.000 euros. Durante el pasado año se realizó un censo de ganaderos con opción a participar en la prevención de incendios y se localizaron sus explotaciones en el territorio. Se contactó con unos 50 pastores, de los cuales se trabajó específicamente con 25. Con 12 de ellos se delimitaron las superficies susceptibles a ser pastoreadas. A raíz de los resultados obtenidos surge ahora un anteproyecto que cuantifica dichos trabajos, dando como resultado un total de 112,29 hectáreas de superficie a tratar, con un presupuesto total de 254.598,43 que se acometerá en varios años, con un presupuesto anual cercano a los 50.000 euros. En el presente año 2015 se pretende reactivar el proyecto con el objetivo de contactar con otros pastores y detectar más zonas susceptibles a ser tratadas mediante pastoreo. En dichas superficies se realizarán primero tratamientos selvícolas, principalmente desbroces de matorral, para que después el ganado se encargue de mantener dichas zonas limpias de vegetación.
A partir del año 2013 se vienen reuniendo científicos, técnicos y gestores especialistas en esta idea del pastoreo como herramienta contra los incendios. Asesoran, con sus conclusiones, a los técnicos del Cabildo de Gran Canaria a la hora de tomar decisiones. Este encuentro entre científicos y técnicos se celebra periódicamente y se espera que en el futuro siga asesorando al Servicio de Medio Ambiente en cuestiones relacionadas con el pastoreo y la gestión ambiental a través de la constitución oficial de una Mesa Científico-Técnica que dirija este proyecto.
A corto-medio plazo, se tiene previsto crear un canal fundamental de participación del sector en la toma de decisiones: La Mesa de Pastores. Dicho foro pretende ser una herramienta de participación y diálogo permanente entre la administración y este sector, el de los pastores, responsables de la gestión del paisaje y la biodiversidad en buena parte del territorio insular.
Entre los lugares estratégicos en Gran Canaria se encuentran los cauces de barranco. Estos accidentes topográficos, muy frecuentes en el relieve insular, son los principales vectores de incendios forestales, donde éstos alcanzan comportamientos extremos. En muchos de estos fondos de barranco, existen poblaciones de caña (Arundo donax), especie exótica y altamente inflamable, que genera unos incendios con elevadas longitudes de llama y altas velocidades de propagación. Los rebaños de cabras y ovejas tienen una fuerte apetencia por los brotes tiernos de caña, por lo que el paso continuado de estos rebaños produce en el cañaveral un "empradizamiento", manteniendo dicha formación vegetal con una altura poco elevada, eliminando el riesgo de incendios forestales. Para gestionar eficazmente las poblaciones de caña en los cauces de barranco, se inició en 2014 un proyecto piloto con burros en la zona del Juncal de Tejeda. Se comprobó que estos animales, a diferencia del ganado ovino y caprino, pueden comer la caña sin un previo corte, lo que disminuye ostensiblemente los costes de la actuación. Es una técnica que, aunque utilizada en otros territorios, aún está en fase experimental en Gran Canaria.
Existen otros lugares estratégicos que conviene tratar por medio del pastoreo controlado, como los matorrales secundarios, principalmente de retama, que antiguamente fueron pastos y que en la actualidad presentan unas elevadas cargas de combustible. El pastoreo controlado puede contribuir, además, a evitar la proliferación de la vegetación en las zonas de servidumbre de las líneas eléctricas, creando así pequeños "cortafuegos" que impidan la propagación del fuego en masas forestales.