En ocasiones, las capturas de este tipo de loro son más frecuentes de lo que se imaginan. Por ello, las autoridades locales evitaron que los ejemplares pudieran perecer debido a las malas condiciones de mantenimiento y al estrés al que son sometidos estos animales habitualmente. Así, a través de una intervención policial, las aves fueron confiscadas y pasaron a ser cuidadas por un zoológico local como parte de un proyecto de liberación en el medio silvestre.
Este proyecto de reintroducción se llevó a cabo en un aviario de liberación no gradual en la Reserva de Buenaventura, donde Loro Parque Fundación también tiene el programa de conservación del Periquito del Oro junto con la Fundación Jocotoco, organización protagonista en esta reinserción de los caretirrojos.
Allí, los 20 ejemplares se adaptaron, de nuevo, al entorno del que fueron sustraídos, tras los exhaustivos estudios veterinarios que garantizaron la ausencia de cualquier tipo de enfermedad. Asimismo, fueron identificados con anillas y microchips que permitirán desarrollar un monitoreo y evitarán que vuelvan a ser capturados con el fin de recaer en el mercado ilegal de especies silvestres.
Además, a través de la liberación de estas aves, se logra una toma de datos biométricos, análisis médicos y observaciones del comportamiento, que son parte de la importante adquisición de conocimientos sobre los animales silvestres. Así, gracias a los zoológicos, estos datos forman parte fundamental para la protección de las especies a corto y a largo plazo.

Este proyecto llega para sumarse a los tantos logros de Loro Parque Fundación para la conservación de las futuras generaciones de los animales. Así, tras más de 19,6 millones de dólares estadounidenses invertidos en más de 160 proyectos en cinco continentes y 9 especies de loros directamente salvadas de la extinción inminente, la Fundación refuerza que "100% para la naturaleza" no es solo un lema, es una realidad.