Durante el pasado año y los primeros meses de este 2019, la Consejería ha emprendido diferentes actuaciones para preservar los ejemplares del pico de paloma y la piña de mar, fundamentalmente en núcleos de la isla de Tenerife. Sin embargo, dado que el incremento poblacional previsto no ha tenido los resultados esperados, debido a las variaciones ambientales que se están produciendo en Canarias como consecuencia del cambio climático, con largos períodos de sequía, se ha adoptado esta medida preventiva para poder garantizar los reforzamientos poblacionales y el establecimiento de nuevos núcleos de estas dos especies.
Para ello, se realizarán diferentes acciones, como la elaboración de protocolos de ensayos de estrés hídrico para cada especie amenazada; recolección de semillas, evaluación de indicadores, como el número de hojas nuevas de cada ejemplar, entre otros. Estas actuaciones permitirán conocer las causas que determinan sus cambios y diseñar medidas que minimicen los riesgos e impactos del cambio climático sobre la biodiversidad.
El estudio también incluye el análisis de la corte de especies acompañantes al pico de paloma y la piña de mar, como la tabaiba dulce; la ahulaga, la lechuga de mar o el escobón, entre otros.