La exposición -que podrá visitarse en horario de 11,00 a 13,00 horas y de 17,00 a 20,00 horas- recoge 35 fotografías que forman parte del trabajo gráfico realizado por una mujer anónima y constituye una importante fuente para historiadores, antropólogos o arquitectos. Es una ventana abierta al pasado que ayuda a comprender mejor cómo se relacionaban dos pueblos de culturas diametralmente opuestas. Así, permite sumergirse en el Madagascar de hace más de cien años gracias a su naturaleza, sus construcciones y sus habitantes.
Madagscar 1906 es un proyecto de Zero Memory Archive, al frente del cual se encuentran los doctores Tarek Ode y David Olivera y cuenta con la colaboración del Área de Acción Exterior (Isla Forum) y Museos de Tenerife (ambos del Cabildo de Tenerife), del Gobierno de Canarias, y de los ayuntamientos de Santa Cruz, La Laguna y Puerto de la Cruz.
La consejera insular, Delia Herrera, señaló que esta exposición es una muestra de "cómo es posible compartir sensaciones con el mundo africano. Sirve, además, para situar a Tenerife como una plataforma artística y social, a la vez que económica".
Madagascar 1906.
Este archivo fotográfico fue adquirido en 2010 a un librero-anticuario de Granada. Este bibliófilo, con más de 30 años de experiencia en rescatar tesoros del tiempo, solo reveló que las compró a otro anticuario y que, a su vez, procedían de un profesor universitario que pertenecía a una familia granadina de alta alcurnia de ascendencia francesa.
Algunos sobres protectores de las instantáneas indican tres fechas: 1901, 1903 y 1906. La que más se repite, 1906. Ante tantas incógnitas por resolver, Zero Memory Archive, cuya labor es localizar y conservar material fotográfico de valor histórico, contrata a la historiadora Yaiza Martín. Es así como logran ubicar las fotos en Madagascar al corroborar con postales de la época que el edificio de una de las imágenes se corresponde con el mercado de Tamatave, establecido en la actual Toamasina, ciudad costera de Madagascar situada a 200 kilómetros de la capital malgache y principal puerto del país. Este fue el punto de partida de una exhaustiva investigación multidisciplinar en la que diversos profesionales de diferentes áreas han aportado su grano de arena para arrojar luz sobre Madagascar 1906.
En la veintena de fotos en las que se ilustra con profuso detallismo los complejos peinados, relacionados con los diferentes grupos étnicos a los que pertenecen los malgaches, la descripción de las diversas vestimentas tradicionales de Madagascar, que se combinan, en ocasiones, con indumentaria francesa, se vislumbra una mirada femenina, tanto por los motivos fotográficos como por su minuciosidad y sensibilidad.
Esta hipótesis podría verificarse en el hecho de que en algunas fotografías se puede observar la sombra de la cámara fotográfica y una figura troncocónica junto a la misma, que se correspondería con el abrigo que lleva puesto nuestra misteriosa fotógrafa en las tres instantáneas en las que aparece retratada esta mujer, que sabemos que era de clase acomodada gracias a la colaboración del museo del traje de Madrid. Esta fotógrafa anónima aparece en tres retratos con sombrero tipo tocado, abrigo con decoración geométrica que remite al art-decó, botines de piel de tacón y guantes de punto.
El archivo Madagascar 1906 sale a la luz tras un minucioso proceso de recuperación de más de dos años. El material que el archivo contiene tiene doble valor, por un lado nos desvela un pasado remoto que de no recuperarse se perdería para siempre, y por otro rescata (posiblemente) a una mujer que con tenacidad y perseverancia, a pesar de las dificultades del momento, realizó un reportaje de su época con una sensibilidad abrumadora.
Esta posible fotógrafa quería dar cuenta de todo aquello que veía en su convivencia con los nativos. La fotografía como arte en las manos de esta aventurera, es lo que la diferencia de sus contemporáneas. Gracias a su legado podemos transmitir una vida y unas costumbres que de no ser por ella habrían desaparecido para siempre.