El objetivo que se persigue es invitar a comprender y disfrutar del mundo sensible a través de las artes, concretamente de la pintura. Las obras hacen reflexionar sobre la naturaleza humana y el paisaje, aunque desde diferentes puntos de vista. Estas creaciones son el resultado de un trabajo dialogado y coordinado, una especie de negociación entre los alumnos y los directores del trabajo de fin de grado, ámbito de Pintura, en Bellas Artes. Cada alumno plasma en sus obras sus sentimientos e inquietudes.

Agueda Avero Ramos parte de la observación y fragmentación del objeto orgánico. Carmen Casariego relaciona la subjetividad del color con la naturaleza. Bianca Demo plantea en su pintura un proceso "hacia el lado oscuro del individuo" como ella misma dice. Will Encarnación centra su discurso en la búsqueda de identidad del individuo. Almudena Ximénez también trata la relación entre el color, detalle y naturaleza. Kiro L. Morales pretende trasmitir en su pintura un sentimiento compasivo. Conchi Melián, parte del espacio urbano como uso del ser humano. Lidia Orán Llanera, utilizando la imagen de las petroleras, reflexiona sobre el paisaje artificial. Víctor Polo muestra con sus manos flamencas un estudio sobre el movimiento de la imagen. Maite Terrés García, a través del retrato femenino, hace referencia a los estereotipos sociales.

En esta edición es interesante destacar como la pintura presenta sin prejuicios la rigurosa problemática por la que atraviesa. A los artistas les preocupa la estimulación por saber.

La muestra, que se podrá visitar hasta el 28 de junio, ha sido coordinada por los profesores Severo Acosta, Sabina Gau, Narciso Hernández y Atilio Doreste, contando con la colaboración de Ángeles Tudela, Susana Guerra y Rosa Cubillo.