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15 Jun

Richard Ford, Premio Princesa de Asturias de las Letras

Nacional/ El escritor estadounidense Richard Ford ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016.

Su nombre se ha impuesto a otras 20 candidaturas como la del guionista David Mamet y la del autor español Andrés Trapiello.

El novelista (1944, Jackson, EE.UU.) autor de obras como El periodista deportivo, Acción de gracias y Canadá, está valorado como el gran narrador americano de la actualidad, y se le compara a menudo con figuras literarias de la talla de Hemingway, Faulkner o Steinbeck.

El jurado ha destacado que el estilo de Ford está marcado por "una épica irónica y minimalista que define a sus personajes, tramas y argumentos. El cuidado detallismo en las descripciones, la mirada sombría y densa sobre la vida cotidiana de seres anónimos e invisibles, conjugan la desolación y la emoción de sus relatos. Todo ello convierte a Ford en un narrador profundamente contemporáneo y, al tiempo, en el gran cronista del mosaico de historias cruzadas que es la sociedad norteamericana".

En un comunicado desde Nueva Orleans, el escritor se ha mostrado "agradecido y honrado", además de "un poco sorprendido". Ford ha compartido la celebración su editorial y sus lectores. "Tener lectores en España siempre ha sido un gran y generoso regalo para mí, que ha llegado a través de la lealtad y la persistencia de mi editorial desde hace mucho tiempo, Anagrama, con la que comparto este día feliz. Los escritores escriben libros para los lectores; así que, cuando se reconoce a uno de nosotros, es un buen día, tanto para la escritura en su conjunto como para todos los lectores. Gracias".

La narrativa de Ford, adscrito a su pesar por la crítica a la corriente del "realismo sucio", se caracteriza por una prosa limpia y sobria, cargada de punzadas de humor e ironía.

El autor sureño se consagró con la novela El periodista deportivo (1986), protagonizada por su célebre personaje Frank Bascombe: un escritor fracasado, reciclado en reportero de deportes y en agente inmobiliario al que se le muere un hijo.

Ford emprendió el proyecto cuando su mujer le propuso que escribiera, por una vez, sobre alguien que fuera feliz, tras enfocarse sus anteriores novelas (Rock Springs, The ultimate good luck) en una depauperada América rural en la que reinaba el desencanto.

Las desventuras de Bascombe, considerado un referente en la literatura estadounidense, ocupan cuatro novelas y su último libro de relatos cortos presentado en España hace solo unos meses (Francamente, Frank, Anagrama, 2015).

Las creaciones de Ford han recibido algunos de los premios más prestigiosos como el Pulitzer y el Faulkner, y han acaparado la bendición de la crítica. Su novela Canadá (2013) está considerada ya como un clásico reciente, y ha sido calificada por los especialistas como "un diez absoluto".

Richard Ford se licenció en Literatura en 1966 en la Universidad Estatal de Míchigan y comenzó Derecho en la Universidad de Washington en San Luis, estudios que abandonó para seguir un máster de Escritura Creativa en la Universidad de California en Irvine (1970).

En 1971 una beca de la Universidad de Míchigan le permitió comenzar a escribir su primera novela, A Piece of My Heart (Un trozo de mi corazón, 1976). Fue profesor en el Williams College de Massachusetts y en las universidades de Princeton, Harvard, Northwestern y Míchigan. En 1981 trabajó como periodista deportivo en Inside Sports, en Nueva York, hasta que el diario fue vendido, dedicándose desde entonces por completo a la literatura.

Considerado por algunos el heredero legítimo de Hemingway, influido, como él mismo ha reconocido, por Faulkner, y calificado por Raymond Carver como el mejor escritor en activo de EE.UU., nunca ha aceptado que se le incluya dentro del "realismo sucio", una derivación del minimalismo caracterizada por su tendencia a la sobriedad, la precisión y la parquedad extrema en el uso de las palabras en las descripciones. Ford admite, sin embargo, que esta adscripción le ha servido para darse a conocer en Europa.

Sus personajes suelen ser seres vulgares, con vidas convencionales, que se mueven en atmósferas densas. Ha sido tachado por ello de hacer una literatura pesimista y de narrar historias frías protagonizadas por unos personajes desolados y sin esperanza, pero él sostiene que un escritor es el fruto de su experiencia y que las situaciones y emociones a las que es sensible se convierten para él en material de su producción.

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