El acto, que contó con la del presidente de la Real Academia Canaria de Bellas Artes, Carlos Millán; y la vicepresidenta de la institución, Rosario Álvarez, puso de manifiesto el incontestable compromiso con la difusión y el conocimiento del arte en sus diferentes manifestaciones.
Durante el acto, se realizó, en un diálogo a dos, un amplio recorrido sobre las diferentes etapas de la carrera de Ildefonso Aguilar, con una introducción a su obra destacando la originalidad de su propuesta estética dentro de la tradición pictórica canaria y su capacidad para captar el simbolismo de las imágenes de la naturaleza volcánica de las islas de un modo estereoscópico.
El profesor Castro Borrego analizó su versatilidad disciplinar remitiendo al concepto de sinestesia que da cuenta de la relación de los sentidos, de ahí que las percepciones táctiles no sean meramente sensoriales en su pintura.
Ildefonso Aguilar utiliza la pintura como eje principal de su expresión, en torno al que se desarrollan otros medios de expresión tales como la música, la fotografía, la videoinstalación y la intervención en el espacio natural.
Su trabajo está estrechamente relacionado con el paisaje y la naturaleza de la isla de Lanzarote, en la que se ha formado y en la que siempre ha vivido y, más recientemente, también con el de Islandia. Paisajes desnudos, austeros, de gran fuerza y belleza plástica, que sirven como base fundamental para el desarrollo de su obra.
En su interpretación abstrae lo esencial, lo sintetiza y lo sublima. En su técnica pictórica utiliza principalmente, aparte de otros materiales, arenas naturales de la propia isla, que dan a la obra texturas y matices difícilmente obtenibles con otros medios.
Sin duda, un nuevo éxito del Hotel Botánico, en colaboración con la Real Academia Canaria de Bellas Artes, en lo que a la difusión artística se refiere, tomando siempre como referencia la impronta de los artistas canarios cuyo legado revaloriza los valores de la cultura del archipiélago.