Bajo la mano de la restauradora Raquel Aránzazu Mallorquín, el retablo, que data de comienzos del siglo XIX, está recibiendo un cuidadoso programa de trabajo destinado a solucionar los diferentes desperfectos causados por el paso del tiempo, aprovechando además para descubrir la pintura original y los frescos de la época. Del mismo modo, se está recuperando la estructura original, compuesta por un complejo puzle de altares y lados que conjugan en un conjunto armónico.
Con el fin de devolver a la pieza el esplendor que merece dado su alto interés patrimonial y su consideración como BIC dentro del conjunto de la Iglesia de San José, se está aprovechando para tratar el conjunto con un material que alargue la durabilidad de los materiales, sirviendo además como protección ante la influencia de agentes externos.
"El altar mayor de la Iglesia de San José es una pieza clave dentro de los inmuebles considerados BIC en el conjunto de las medianías del municipio, y su restauración responde a una reiterada demanda de nuestros vecinos, que comprometidos con nuestro Patrimonio requerían que la pieza fuera tratada como se merece. La restauradora está desarrollando un trabajo excelente que dará como resultado el embellecimiento del BIC y la vuelta a su estado original", expone el edil de Patrimonio Cayetano Silva.
La restauración prevé su conclusión en las próximas semanas.
