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22 Abr

Fallados los premios del XI Concurso de Relato Hiperbreve - El Sauzal 2022

El Sauzal/ El Ayuntamiento de El Sauzal ha dado a conocer los textos ganadores del XI Concurso de Relato Hiperbreve de El Sauzal. El Consistorio organizó una nueva edición de este certamen, en el que se presentaron 275 relatos.

El primer premio de la categoría adulta fue para el relato "Hipocondría" de la escritora valenciana Mª Luz Sánchez Pareja. El texto llamó la atención del jurado por su originalidad. El segundo relato premiado de la modalidad, fue para la autora grancanaria Irene Mederos Suárez, con su obra "Así nace el arte".

Por otro lado, en la categoría juvenil para escritores de entre 14 y 17 años, el primer premio fue para otras dos mujeres. El primer premio se fue hasta Barcelona a manos de Marina Regaña Monreal, por su texto "Rosas rojas". El segundo premio fue para la joven madrileña Paula Sanandrés Arellano, con un relato titulado "Final feliz".

Tanto el Ayuntamiento de El Sauzal, como los miembros del jurado, quisieron destacar la participación de este año y la calidad de los trabajos presentados. Todas las obras permanecerán colgadas en el blog que el Ayuntamiento ha creado al efecto: http://relatohiperbreve.blogspot.com.

RELATOS PREMIADOS:

Primer Premio · Categoría Adulta · "HIPOCONDRÍA"
Autor: María Luz Sánchez Pareja · Comunidad Valenciana

Mi padre es un hipocondríaco, aunque no en cuanto a su salud, sino a la mía, y creo que el hecho de ser hijo único no ayuda a rebajar su exagerada preocupación por mi estado físico. Por eso hemos estado toda la semana de médicos.
El lunes, el dermatólogo me recetó una crema hidratante para la piel cuarteada.
El miércoles, el endocrino tranquilizó a mi padre asegurándole que el tamaño de mi nariz no es preocupante y que es un rasgo de lo más normal en la adolescencia.
El viernes, el psicólogo le quitó importancia a mi afición a mentir de manera compulsiva; según él, todo se debe a una imaginación desbordante acompañada de ganas de llamar la atención.
Como veis, nada grave, así que papá ya se ha quedado tranquilo y podemos volver a nuestras rutinas: yo, al teatro de marionetas y Geppetto, a la carpintería.

Segundo Premio · Categoría Adulta · "ASÍ NACE EL ARTE"
Autor: Irene Mederos Suárez · Las Palmas de Gran Canaria

Gaia les regaló todo lo que necesitaban. Ríos por los que corría el agua dulce, aquella por la que se emocionaban al ver caer del cielo; frutos con los más vivos colores y sabores, y la compañía de un incontable número de criaturas diferentes a ellos. Con cuernos, escamas, pezuñas o garras. Gaia quería que alguno de sus animales tuviera la capacidad de entender la belleza del mundo que había creado y les concedió la más alta de las cualidades: la conciencia. Se rompió así el orden que durante millones de años había existido en su reino. Las criaturas recibieron un don que no comprendían. El miedo y el intento desesperado por entender el mundo los convirtió en el animal más temido. Crearon poblados, armas y guerras con las que acabaron con la vida de muchas de las especies que vivían a su alrededor, que se habían extinguido o habían decidido vivir lo más alejados posible de las nuevas criaturas pensantes.
Los pensadores estaban asustados. Tenían la capacidad de hacerse las preguntas más drásticas, pero no de encontrar respuesta, ¿quiénes eran? ¿qué hacían allí? Una de las pensadoras decidió huir. Se fue al monte más alejado de su nuevo poblado con la idea de dar respuesta a sus preguntas. Una noche observó a una manada de leones. Como ella, tenían una larga melena, pero no parecían igual de preocupados por entender qué hacían allí, por qué tenían garras o el motivo por el que el agua caía del cielo.
La pensadora durmió y experimentó un evento mágico: soñó por primera vez. Soñó que era libre, pero no que huía de su familia o de la tierra que conocía, sino de su mente. Estaba en paz. En su sueño su cabeza era la de un león. Tenía capacidades humanas pero sus pensamientos no causaban destrucción, sino belleza.
Cuando despertó se dio cuenta de que había llovido. Ríos de barro rodeaban la cueva en la que había pasado la noche y con sus nuevas habilidades de razonar construyó una figura de barro. Era ella con una cabeza de leona. Se dio cuenta de su capacidad de crear belleza. Había nacido su capacidad de imaginar. Había nacido el arte.

Primer Premio · Categoría Juvenil · "ROSAS ROJAS"
Autora: Marina Regaña Monreal · Barcelona

Son las cinco de la mañana. Vuelvo a levantarme de la cama, dispuesto a seguir la rutina de siempre, sin cambios, sin novedades, sin imprevistos, simplemente a seguir con mi monótona vida.
Salgo de casa después de estar preparándome un buen rato y paso, como siempre por la floristería de la esquina. La dueña abre la tienda y veo preparada encima de la caja lo de siempre; una rosa roja con un bonito lazo blanco. Le dejo el medio euro en el mostrador y me monto en el bus.
Diría que la gente me mira, apenada y susurra a mi alrededor. «No te lo dicen a ti, Julio», «¡Si ni siquiera te conocen!», me digo a mí mismo. Ignoro los fugaces pensamientos intrusivos que van creciendo cómo árboles en mi cansada y lenta mente y me siento en el asiento más próximo al conductor, que ni me saluda. Espero horas allí, callado y observando, a que el largo y rutinario trayecto acabe. Voy mirando a través del cristal de la ventana, veo niños yendo a la escuela; unos acompañados por sus padres, otros por sus amigos. Observo adultos saliendo de la boca del metro con grandes maletines y sofisticados trajes. Como añoro eso.

Después de un buen rato, el bus llega a su parada final. Me bajo de este y camino con mis viejos y cansados pies hacia dónde está mi amado. Vaya, ha llegado antes que yo. Le encuentro sentado en la roca dónde quedamos siempre, vestido de blanco y con un bonito lazo que recoge su sedoso y blanco pelo.
Nada más verme viene a abrazarme. Nunca me canso de sus reconfortantes abrazos. Ojalá no soltarle nunca. Nos quedamos charlando sentados alrededor de la piedra hasta que oscurece un poco y el pesado hombre que viene a molestar cada día vuelve. Recoge las flores que están al pie de esta y con la manguera, la limpia un poco. Ya casi se pueden ver las letras escritas antaño; "Aquí residen Julio Casados y Antonio Vélez, martirizados en su juventud por un amor imposible".

Segundo Premio · Categoría Juvenil · "FINAL FELIZ"
Autora: Paula Sanandrés Arellano · Madrid

Lucy y Dafne bajaron las escaleras de su cabaña aquel esperado día. La primera voló sobre los escalones emocionada, convencida de que su vida iba a tomar un rumbo apasionante. Por el contrario, su hermana arrastraba los pies, siendo evidente su temor y poca fe ante el acontecimiento.
Tras una ofensa tiempo atrás, su pueblo había sido maldecido por una bruja y por ello condenado a reducir su número de finales felices de cuento. Solamente unos pocos niños serían bendecidos con una historia con final feliz, pudiendo conocer su futuro en un día como ese.
Lucy estaba completamente convencida de que ella lo iba a recibir, pues según ella su fuente feérica se lo había anunciado en sueños. Pero Dafne no sabía lo que iba a ocurrir, y tal fue su decisión de ir convencida de un futuro nefasto para evitar futuras decepciones.
Aquel acontecimiento consistía en abrir un libro que había estado reservado para el participante desde el día de su nacimiento, el cual Lucy abrió llegado su turno. El libro tenía un increíble grosor, completamente escrito, narrada en él la historia de Lucy. La última línea era: "Lucy vivió feliz y comió perdiz". Ella saltó emocionada, sabiendo que había estado deseando aquello con tanta fuerza e intención que lo había conseguido. En efecto, vivió una vida feliz, palabra por palabra igual al libro.
Dafne era la siguiente. Cogió su libro y ante su sorpresa observó lo fino que era. ¿Qué significaba aquello? ¿Acaso su vida había terminado? ¿Acaso su vida sería no solo nefasta, sino que además breve? La última línea era: "Dafne...". Enfadada se negó a leer más. Cerró el libro y lo arrojó a la chimenea. Dafne decidió que iba a forjar su propia historia. Nunca sería recordada, su historia se la llevó el viento, como las palabras que no quedan escritas. Pero ella creó su propia vida y encontró placer en el viaje más que en el posible y lejano final.

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