Cada cinco años, la imagen de Santa Rosa de Lima recorre los núcleos de la Cruz Chica, Garimba, Tabares, El Boquerón y Padilla Alta, retomando una tradición que nació hace 35 años y ‘durmiendo’, cada noche que pasa fuera de su templo, en la casa de sus fieles.
Y anoche, el encargado de cuidar a la imagen fue don Antonio, vecino de La Padilla Alta, quién llevaba meses esperando este momento. Tras la emotiva procesión, donde la imagen estuvo acompañada por miles de fieles junto al alcalde de Tegueste, José Manuel Molina; y el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo; la imagen llegó a la casa de don Antonio.
Su garaje, adecentado y decorado para la ocasión, fue el hogar de descanso de Santa Rosa de Lima, que hoy prosigue su recorrido por las diferentes zonas de La Laguna. Pero ayer fue una noche especial para don Antonio, una noche cargada de fe y devoción, ya que incluso llegó a bajar un colchón para dormir junto a la imagen porque “es mi responsabilidad”.
De esta manera, este vecino de Tegueste rememora la historia de la que nació la tradición de trasladar a la imagen de Santa Rosa de Lima por diferentes hogares. Hace 35 años, una vecina del barrio de Garimba no podía ir a pedir a la sagrada imagen debido a una enfermedad. Esto hizo que los organizadores de aquella época de la fiesta decidieran llevar a la virgen hasta la casa de dicha vecina. Anoche, 35 años después, don Antonio ‘revivió’ ese momento.