Con una enorme pantalla que proyectaba extraordinarios paisajes enmarcada por las Casas Consistoriales como fondo de escenario, la tarde fue cayendo mientras el público disfrutaba de Nom Trubada, los juegos, la artesanía y la gastronomía local, productos de calidad elaborados con mucho esmero que cada vez están más en boga.
La llegada de Los Gofiones no solo colmó el escenario con todos sus músicos, sino la Plaza, que ya anochecida con la majestuosa Catedral del otro lado, convirtió el momento en una postal en la que no cabía un alfiler.
Tras los primeros acordes del grupo llegó el homenaje a Las Palmas Atlético, que este fin de semana ascendió a Segunda B, y para cuyos jugadores el verseador Yeray Rodríguez, conductor de la tarde, arrancó los primeros aplausos con sus rimas.
El equipo, emocionado ante la imponente postal que les ofrecía el escenario, recibió una placa conmemorativa de manos del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, y el alcalde de la capital, Augusto Hidalgo, quienes a su vez fueron obsequiados con una camiseta del filial amarillo firmada por sus jugadores.
El vicepresidente del Club, Nicolás Ortega, agradeció el reconocimiento, también del consejero de Deportes, Ángel Víctor Torres, y destacó la familiaridad y entrega que define al equipo, que con su ascenso marca un hito porque ahora, sumado el ascenso de Las Palmas C a tercera, hay tres equipos en las principales categorías.
Tras la ovación por la gesta de los grancanarios, Los Gofiones retomaron el escenario con un público ya en plena efervescencia y lo deleitó con sus más emotivos temas isleños hasta el turno de El Vega, una figura que no quisieron perderse muchísimos jóvenes llegados al lugar para no perdérselo.
Los fuegos artificiales de medianoche desde la azotea de las Casas Consistoriales, desde donde la vista era espectacular, pusieron fin a la noche, cuyos mejores momentos fueron retransmitidos en directo por el perfil de Facebook del Cabildo de Gran Canaria, donde muchos canarios fuera de las islas los siguieron y donde quedan recogidos para quien los quiera volver a disfrutar.