Precedido de los tradicionales mascarones (gigantes y cabezudos) que anunciaban la venida del señor de las tinieblas, la expectación era máxima esos minutos previos en los que la multitud esperaba con ansias el número principal de la noche.
Este número dentro de las fiestas patronales en honor a Nª Sra. de Candelaria está declarada Bien de Interés Cultural y Fiesta de Interés Turístico de Canarias, es la noche más concurrida de las fiestas que hace que Tijarafe se convierta en el centro de atracción de la isla.
Noche de júbilo que en este año correspondió el honor de danzar a Juan Antonio Castro (histórico deportista vinculado a la Lucha Canaria en la década de los años 90). Mediante este ritual se rinde pleitesía a la Patrona de Tijarafe en la que se escenifica la rendición del propio Diablo ante ella Nª Sra. La Virgen de Candelaria cuyo día grande es el 8 de septiembre.