Esta medida da continuidad a la línea que se ha ido trabajando con la programación de las rutas en las que se ha visitado "in situ" los locales donde se han realizado los diseños de los paneles, siendo los propios carreteros los que explican cómo se realizan las labores y cuáles son los motivos de las carretas.
Las carretas participantes son un total de 17, como son las de Pedro Álvarez, Las Canteras, El Mocán, El Gamonal, el CEIP Teófilo Pérez, La Gorgolana, Teguazo, El Carmen, La Peña, Los Currillos, Tesegue, Achineche, Mahey, Los Puntales, La Golisma, Los Chinijos e Imidahuem
Cabe recordar que la elaboración artesanal de las carretas es sin duda uno de los rasgos más originales de la Romería de San Marcos Evangelista. Desde las iniciales cinco carretas su número ha ido creciendo con el tiempo mostrando esa incesante expansión que demuestra el arraigo y extensión que tal costumbre alcanza entre los teguesteros.
Su elaboración es un rito colectivo que aúna y agrupa en torno suyo a un amplio número de personas, que se convierten por las relaciones humanas que se entablan en algo más que una simple confección. Todavía no ha culminado la romería y los carreteros, al celebrar su día, ya están pensando en el motivo que llevará su carreta el año venidero.
Durante todo el año comienzan a recopilar ideas, a rebuscar entre añejas tradiciones, a conversar con los más viejos para encontrar motivos novedosos e innovadores, tarea nada fácil teniendo en cuenta la multitud de ellos recreados en el transcurso de varias décadas y que no deben repetirse para resaltar la originalidad y carácter único. Una vez decidido el diseño se guarda celosamente para que no pudiera ser copiado por otra carreta.
La confección de las carretas se inicia por sus paneles laterales y traseros, elaborados grano a grano. Se usa cebada, arroz, avena o soja, pero el abanico es muy amplio. Los paneles se sitúan en los costados y en la parte trasera de las carretas, y están vinculados al motivo elegido que se exhibe en la parte alta de la carreta. Los paneles destacan por su minuciosidad, detalles, perspectiva sin necesidad de estudios, así como por la combinación de tonos y colores. El grano se va pegando en paneles de madera hasta completar los dibujos y después se adosan a las carretas. Se cuidan todos los detalles, de hecho, algunos granos se tuestan para adoptar algún color característico.
Un trabajo concienzudo y artesano va dando pie, poco a poco, con las semillas u otros elementos naturales a auténticas obras de arte confeccionadas con elementos exclusivamente de tradición vernácula. Una obra que se convierte en el escaparate de su buen hacer, de su arte y de su paciencia generosa a la que dedica incesantes horas de trabajo. Cada carreta es un pequeño homenaje al Tegueste del campo, pequeñas obras de arte dignas de ser contempladas, al menos, una vez al año.