"Para que una tradición sobreviva a lo largo del tiempo es necesaria su transmisión y conocimiento de generación en generación", señala la edil, "por eso trabajamos desde las primeras etapas educativas para que los niños sean garantes de la conservación. Muestra de ello es "Los Santitos", que sobreviven año tras año en el Casco sobre todo en menores hasta 12 años. Cada mañana de Todos los Santos oleadas de niños recorren el vecindario portando cestas de mimbre decoradas para la ocasión y solicitando al vecino el obsequio denominado "Los Santitos", que antaño consistían en frutas, frutos secos o alguna moneda y que en la actualidad se ha centrado en dulces y chucherías. Menos suerte corrió en la parte alta el "Pan por Dios", tradición de estilo similar a la primera en la que en este caso las familias más desfavorecidas recorrían las casas solicitando algún agasajo que solía consistir en pan, vegetales, frutas o productos de la cosecha. En la actualidad ha evolucionado al hecho de que las panaderías, tal día como el 1 de noviembre, regalan entre sus clientes habituales un pan de leche en homenaje a aquella época", concluye.

Con esta idea, durante la presente semana los dos colegios de Primaria, el Ángel Guimerá y el Francisco Afonso Carrillo dedican varias sesiones a exponer estas costumbres, para que desde las primeras etapas educativas los menores se familiaricen con lo que se celebra desde antaño en el municipio frente al embate de otras costumbres importadas. El servicio municipal de ludotecas por su parte hace lo propio a través de talleres dirigidos a ayudar a que los pequeños decoren las cestas que luego usarán para recoger Los Santitos. En esta línea, en la víspera, el alumnado del CEIP Ángel Guimerá hará un simulacro de Los Santitos recorriendo las clases por grupos, mientras que el alumnado de la Escuela Infantil Trompita recorrerá los comercios de San José y el Ayuntamiento solicitando el Pan por Dios.