El partido en el arranque fue de mucha calma, bien por el calor reinante, bien por el recelo a verse por detrás en el marcador.
El Tenerife se presentaba ante su afición tras su regreso a la Liga de Fútbol Profesional y quería agradar, empujar para ahuyentar errores y fantasmas, y las jugadas de sucedían en uno y otro espacio de juego de cada equipo, pero los guardametas eran casi protagonistas aislados del partido.
Pese a todo, cuando casi se alcanzó el primer cuarto, los de Cervera metieron una marcha más, y asustaron con ocasiones como un remate de Cristo Martín dentro del área, que un defensor rechazó delante del meta.
Según transcurrieron los minutos se vio a un Tenerife más convencido de la victoria, de llevarse los puntos, máxime después de la auto expulsión de Assulín, que se "cabrea" reclamando falta al colegiado, hasta que el balón vuelve a rondar a su altura, y allí, sin venir a cuento, le da una patada a Carlos Ruiz, expulsándole el colegiado.
El Tenerife pedía penalti en una falta de estrategia con derribo a Cristo tras un encontronazo con Borja Gómez en su camino hacia portería, y ahí finalizó la primera parte.
El partido se reanudada con la presión que había finalizado, pero era un querer y no poder del conjunto blanquiazul, ya que su rival se cerró bien, renunciando al ataque y forzando muchos córner, pero ni por esa los de Álvaro Cervera lograron sorprender a la defensa y al portero visitante, Falcón.
En la recta final el Tenerife buscó por todos los lados el hueco del remate llegando al área de su rival con insistencia, pero sin culminar sus ocasiones, ya que la defensa del conjunto de Quique Hernández estuvo bien, mientras que faltó fluidez en la delantera del cuadro de Álvaro Cervera.