Los canarios iniciaron el encuentro con buenas intenciones, monopolizando el balón e intentando desajustar a la defensa vasca, aunque su única ocasión fue un remate alto de Chrisantus con la pierna derecha tras encontrar un balón suelto dentro del área.
A los de Garitano no les duraba la posesión, pero en una acción aislada sorprendieron a la descolocada zaga local con un pase en diagonal de Yuri a Capa, con el que el extremo ganó la posición a David García con suma facilidad y su leve toque, con la colaboración del central, acabó en la red.
El gol tuvo el efecto habitual en Las Palmas, un mazazo del que ya no se recuperó en todo el primer periodo, sin ideas ni agresividad, y exhibiendo un fútbol lento y previsible, y dos remates desviados de Delev y Chrisantus, fueron el preludio de los primeros silbidos desde la grada.
El Eibar fue creciendo en el partido y comenzó a dominar las acciones de estrategia, rematando todos los saques de esquina y faltas laterales que ejecutó, aunque sin puntería.
Gilvan Gomes disparó desde fuera del área, el balón rozó en un defensa y se envenenó hasta rozar en el larguero, en el minuto 33, y en a poco del descanso, los vascos perdonaron el segundo gol en un contraataque con superioridad numérica que finalizaron con una volea alta de Morales, ante el ya patente descontento del público.
En la segunda parte el partido se abrió, y en el minuto 12 el búlgaro Delev pidió penalti por un toque de Arregi dentro del área cuando ejecutaba el disparo, y tres después Gilvan Gomes, antes de ser sustituido, perdonó otro gol al plantarse solo ante Barbosa, quien le atajó el tiro raso.
Lobera, técnico local, introdujo a los canteranos Tana y Asdrúbal para intentar activar a los suyos desde los extremos, y de paso calmar a la afición, y más tarde a Máyor, para jugar con solo tres defensas, pero hasta Valerón, impreciso en los pases, se contagió del desorden amarillo.
Las Palmas se quedó con diez al ver la roja David García por interceptar en falta una acción vertical de Capa, y cuando más patente era su impotencia física y técnica llegó la jugada individual de Asdrúbal, cuyo derechazo cruzado dentro del área superó a Irureta, dándole a su equipo un inmerecido punto.
