Volvió a encontrarse la Unión Deportiva un puzzle para resolver como hace quince días ante el Real Murcia, pero esta vez supo colocar las piezas en su sitio para terminar llevándose los tres puntos. No fue un partido brillante de los de Lobera, que mantienen una dinámica positiva difícil de parar. El Alcorcón se quedó en la primera mitad con diez futbolistas, aunque el plan no le funcionó como al conjunto pimentonero.

Comenzó la Unión Deportiva muy intensa, explosiva. Derribar el muro alfarero planteado por Miguel Álvarez fue el objetivo desde el primer minuto de un conjunto que siempre tuvo claro que desgarrar las mallas de Dani Giménez supondría un paso casi definitivo para cantar victoria. Lobera apostó por Tana en lugar de Nauzet Alemán para ocupar el flanco diestro y rotó a Deivid. En su lugar entró Aythami Artiles. El resto del once, el esperado.

Desde el primer minuto Chrisantus comenzó a impacientar a la zaga madrileña formada por Babin y Héctor Verdés. Su disparo se marchó al lateral de la red. El Alcorcón se acongojó con la claridad de la Unión Deportiva y echó las líneas más atrás de lo esperado. Hasta el minuto veinte los amarillos apretaron con ahínco pero no lograron su objetivo. Los de Lobera se desinflaron y el encuentro entró en una zona de indefinición. Los alfareros, eso sí, nunca pusieron en aprietos a los grancanarios. Si acaso, dos intervenciones de Mariano Barbosa a dos disparos desde fuera del área.

En el minuto 34, el colegiado de la contienda Munuera Montero anuló a Vicente Gómez un precioso tanto tras vencer con una vaselina a Dani Giménez. La repetición de televisión no ofreció dudas al respecto: acierto del colegiado. En cinco minutos se rompió el encuentro. Camille hizo dos entradas sobre Ángel López y se marchó por la bocana del vestuario antes de llegar a la conclusión de la primera mitad. De nuevo la Unión Deportiva jugaría contra diez, pero en esta ocasión hubo alguien que resolvió el acertijo.