Los amarillos agobiaron por momentos a su rival en un inicio esperado, de mucha presión, y el Zaragoza pasó por muchas dificultades porque se vio obligado a defender con mucha intensidad y cuando recuperó el balón, le duraba muy poco. Le faltó pausa y calidad para retenerlo, y defender con él en las botas.
La fortuna volvió a aliarse con los isleños en el gol, tras un balón que interceptó Ángel López para iniciar un ataque combinado con Araujo y Culio, hasta que el esférico llegó por la derecha del área a Roque Mesa, cuyo disparo desvió con la bota Rico y despistó a Bono para acabar en el fondo de la red en el minuto 32.
Al descanso los amarillos llegaron con medio trabajo hecho y el partido no pintaba nada bien para los maños. Bono evitó el segundo gol en buena parte de la este tiempo. Volvió a ser decisivo en una valiente salida ante Ortuño de la que salió malparado con un golpe en la cara. Precisamente el guardameta del Zaragoza falló en un balón aéreo al que se anticipó Ortuño, Aythami Artiles puso el balón en el área y Araujo lo remachó sobre la línea, con suspense, porque dio en el larguero antes de entrar.
El gol del delantero argentino, la bestia negra del equipo aragonés esta temporada, terminó por dar el ascenso a la Unión Deportiva que esta vez defendió con inteligencia, manejó el emocionante final, incluso con una falta en contra al final, y no permitió que ocurriera lo del año anterior ante el Córdoba para celebrar la vuelta entre los grandes del fútbol español.