La capacidad de reacción de los tinerfeños para enmendar un mal arranque o posteriores lapsus durante el choque, la buena circulación de balón para buscar al compañero mejor situado (20 asistencias) o el buen trabajo en la faceta reboteadora (34 rechaces por 30 del rival) fueron otros de los datos a tener en cuenta en un partido que los canaristas ganaron en valoración (89-97) y que de hecho se hubieran llevado a casa, si no hubiera sido por su inocencia en los últimos segundos.
Salió en tromba el ICL Manresa, que se amparó en la facilidad anotadora de Scott Suggs (14 puntos al descanso) y en la calidad de Pere Tomás para intentar romper el choque de entrada (8-0, 18-9). Tuvo que fajarse atrás el conjunto insular para meterse en partido e ir nivelando la balanza con el paso de los minutos. Los puntos de Grigonis, bien secundado por Richotti, equilibraron los acontecimientos hasta el 39-39 con el que se alcanzó el descanso.
Tras el receso, el partido creció igualado, con sendos intentos de ruptura por parte de los manresanos al inicio de cada cuarto. Sin embargo, el Iberostar Tenerife manejó esta vez mejor sus bazas, entre otras cosas porque en esta ocasión sí mostró la intensidad defensiva que adoleció en los minutos iniciales. Cerrado el grifo de Suggs, al grupo de Ibon Navarro le costó más anotar y cada vez que amagó con irse (50-44), encontró una buena respuesta de los aurinegros.
El feeling entre Beirán y Vázquez, las oportunas apariciones de Bogris y el buen criterio general de los aurinegros les permitió afrontar el epílogo con garantías. Con el choque en el alambre (75-76), dos libres de Nico y un triple de White (78-82) aumentaron las opciones canaristas, muy vivas de hecho hasta el 80-84 a falta de apenas 30 segundos.
Fue ahí donde el Manresa dio un arreón crucial, con un triple de Suggs, hasta entonces casi inédito en la segunda mitad; y una pérdida clave de los tinerfeños que culminó Patrick Auda con canasta y falta recibida. El checo, con 3,6 segundos por delante, erró desde el 4,60, pero la victoria se quedó ya en las alforjas de los catalanes (85-84). Amargo final para el Iberostar Tenerife por aquello del resultado, pero más dulce desde la perspectiva de las sensaciones.