Miguel Rodríguez ha querido comunicar de primera mano a los dirigentes mauritanos la debacle que la firma de este protocolo ha supuesto para el Puerto de la Luz: la pérdida de alrededor de 3.000 puestos de trabajo, unos 40 millones de euros en términos de facturación de los agentes involucrados, así como una caída importante de la actividad en numerosas industrias y servicios complementarios. Del mismo modo, ha querido comprobar la postura de los ministros africanos al respecto del acuerdo y sus connotaciones negativas para Canarias.

Un periodo de transición, durante el que, al menos, una parte de la pesca pelágica, se pudiera descargar en La Palmas permitiría a las empresas canarias buscar una alternativa en el mercado que palie los efectos devastadores de esta caída de la actividad.

Tanto el ministro de Pesca como el de Transporte, y los distintos empresarios visitados, se han mostrado sensibles a estudiar esta propuesta, que les parece coherente y razonable.

En este viaje Rodríguez se reunió también con el embajador de España en Mauritania.

CIBEM

Por otro lado, Miguel Rodríguez, aprovechó los encuentros para mostrar su preocupación por las condiciones laborales y de seguridad de los trabajadores portuarios en el país africano y ofreció mejorarlas a través del Centro Internacional de Formación Portuaria Belén María (CIBEM), que se encuentra ubicado en Las Palmas, está gestionado por los estibadores del Puerto de La Luz y depende de IDC (Consejo internacional de Estibadores). Tanto los empresarios del Puerto de Nuakchot como los de Nuadibú apreciaron esta propuesta y se emplazaron para una segunda reunión en febrero.