Esta preselección la realizó el jurado en función de su capacidad de producción, por lo que en el veredicto final, además de las características organolépticas, influirá también la capacidad para producir grandes cantidades, de forma que el agricultor pueda obtener en su trabajo un beneficio que justifique su apuesta por una modalidad u otra, explicó el consejero.
El jurado considerará ejemplares de los tres tipos que los agricultores cultivan en la Isla: blanca, de color y blanca con ojos rojos, y las bases de la cata establecen tres premios -primero, segundo y tercero-, en las formas más habituales de consumo en Gran Canaria: sancochadas, arrugadas y fritas.
La cosecha, procedente de la propia finca, fue recogida a principios de julio, ya que para la correcta cata es preciso que permanezca un plazo mínimo de dos semanas fuera de la tierra para alcance el punto óptimo para su preparación.
Entre las marcas de las variedades que cultivan los agricultores de Gran Canaria que estarán presentes en la cata destacan Valor, Royal, Cara, Piscasso, Druid y Rudolph.
Gran Canaria es una de las Islas que más cantidad de papas produce en el Archipiélago, con 18 millones de kilos al año de los 32 millones recogidos en total en la región. Las zonas de la Isla más productivas son las de medianías y, sobre todo, los municipios de Teror, San Mateo, Valleseco y Firgas.
