Por tanto, la Granja del Cabildo puso en marcha este proyecto para ensayar diversas técnicas y probar diferentes sustratos con la intención de conseguir un mayor rendimiento. De momento, el método más exitoso ha sido utilizar perlitas, con él los técnicos han conseguido que más de la mitad de los intentos fructifique. Aun así, continuarán las pruebas para mejorar aún más el resultado.
La experiencia piloto comenzó el pasado año con la reproducción de 500 plantas, con un 15 por ciento de resultado, una cantidad de ejemplares que se duplicó en 2018, año en el que se ha conseguido que más del 50 por ciento de los intentos fuera exitoso, explicó Santiago García, director del programa de fruticultura.
Esta planta es la que más tiempo y esfuerzo demanda a Mercedes Gómez, responsable del vivero de fruticultura, un espacio que aglutina a más de 10.000 plantas de 60 especies exóticas de diversos países y que están bajo su cuidado.
La paciencia es la principal arma, porque el esqueje de olivo verdial tarda dos meses en enraizar y hasta un año en alcanzar el metro de altura. Durante todo ese tiempo, los cuidados tienen que ser constantes, con especial atención a la temperatura y humedad.
Reparto con fines experimentales
Este año la Granja obtuvo 1.000 nuevos ejemplares y 750 de ellos han sido distribuidos a 77 agricultores, empresas y administraciones que han sido los beneficiarios de una convocatoria con fines experimentales.
Esta campaña del Cabildo para donar olivo verdial tiene un doble objetivo, por un lado, cubrir la demanda de este especie para apoyar al sector y, por otro, obtener datos del comportamiento que tiene en diferentes municipios de la Isla.
Las plantas han sido entregadas a adjudicatarios de 12 municipios, la mayoría de Santa Lucía, San Bartolomé de Tirajana y Agüimes, a los que se suman otros de Agaete, Ingenio, Telde, Mogán, Valsequillo, Las Palmas de Gran Canaria, Gáldar, Tejeda y Santa Brígida.