La Bodega Los Lirios es un caso de éxito en cuanto a adaptación a la nueva situación. Antes de la pandemia recibían muchas visitas, pero en la nueva normalidad apostaron por arrancar con el bochinche, donde apuestan por un cliente más local interesado en el vino, la cultura y los ambientes relajados. Tienen intención de fidelizar a ese cliente más allá de la posible recuperación de la actividad turística. En Bodega Hinojo confían en una recuperación, al menos parcial, para 2022. Mientras, introducen sus vinos en mercados municipales como el de Telde y en ventas online. Bodega Vandama ha seguido ofreciendo su vino en el restaurante y en la zona de terraza. Creen que la recuperación se empieza a vislumbrar.
Los bodegueros grancanarios se muestran esperanzados con el futuro. La pandemia fue un parón de un sector en auge en la isla y con gran dependencia del canal HORECA. Ahora, con la puesta en marcha de la Ruta del Vino de Gran Canaria y nuevos canales de comercialización, las personas vinculadas al sector confían en continuar creciendo. Además, los premios nacionales e internacionales avalan el crecimiento y la calidad de los Vinos de Gran Canaria, presentes en la Guía Peñín, y con reconocimientos en los certámenes Top Wine, Catavinum o Mezquita, todos durante este año 2021.