El prototipo recoge que la raza reúne características de formato medio, muy equilibrada, de carácter sensible y con gran inteligencia. Además, es de tipo lupoide y presenta una morfología adaptada a las abruptas montañas de la isla en la que se mueve, impulsado por una potente grupa. Se distingue por su pelo largo y predomina el color leonado seguido por el alobado.
En relación a su historia, el aislamiento que ha padecido la isla de La Palma, con una extensión de 706 kilómetros cuadrados y una población que no supera hoy en día los 80.000 habitantes, ha sido el motivo principal de la conservación de esta raza canina. El nombre de Pastor Garafiano viene dado por la villa de Garafía, comarca principalmente ganadera, situada al noroeste de la isla y donde abundaban estos perros debido al aislamiento de las comunicaciones, salvo a pie, a caballo o en barco.
La consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, Alicia Vanoostende, destaca que "razas autóctonas como esta suponen un importante patrimonio genético que debemos conservar y potenciar, también como parte de nuestra impronta sociocultural".