Para el presidente de la institución cameral, Santiago Sesé, "este comportamiento, que ya apuntaba en trimestres anteriores una tendencia de desaceleración en la actividad, no es positivo y debemos buscar soluciones, ahora más que nunca, que reviertan esta tendencia de caída". "Tras el brusco descenso que han experimentado los diferentes indicadores de actividad y de empleo a partir del mes de marzo por el impacto de la crisis del Coronavirus, es el momento de apostar decididamente por este sector, dadas sus capacidades para actuar como locomotora que tire del resto de la economía".
Según la Cámara, la construcción tiene capacidad de crear empleo y de mantener la economía en movimiento mientras se restablecen por completo la conectividad aérea, el turismo y los servicios, por lo que resultaría "imperdonable" desaprovechar la oportunidad que ofrece. En este sentido, Sesé reivindicó nuevamente la urgente necesidad de agilizar y simplificar todos los procesos administrativos, para desatascar toda la inversión que está colapsada en las administraciones públicas, especialmente en las entidades locales, y contribuir con ello de manera decidida, al impulso de la inversión pública y privada en el archipiélago. Del mismo modo, el presidente cameral pone énfasis en la importancia de la negociación con el Estado, para activar y dinamizar la materialización de los convenios de infraestructuras pendientes.
El último boletín de coyuntura económica del sector elaborado por la institución cameral se extrae que los presupuestos de los contratos de obra de las distintas Administraciones Públicas licitados en el primer trimestre subieron un 61,7% respecto al trimestre anterior, debido íntegramente a las obras de ingeniería civil que se situaron un 176% por encima de las licitadas en el cuarto trimestre del pasado año, ya que las obras de edificación retrocedieron entre ambos trimestres un 59,2%.
Atendiendo a la comparativa con el primer trimestre de 2019 se aprecia un comportamiento contrario, con un retroceso muy significativo entre ambos periodos, pero que tiene una explicación ya que en el arranque del año 2019 se licitó la obra del anillo insular de Tenerife, lo que representó una cantidad muy importante, difícilmente superable en estos primeros tres meses del año en los que, además, se ha producido el frenazo en marzo de las licitaciones públicas tras la declaración del estado de alarma en nuestro país por el impacto del COVID-19. Así, el volumen total de licitaciones experimentó un importante descenso anual del 55,7%, debido a un retroceso tanto en las obras de edificación del 60,9% como en las de ingeniería civil, cuya caída fue del 54,8%.
Los indicadores de la actividad privada también reflejan comportamientos negativos. Los visados de dirección de obra tramitados durante los meses de enero a marzo fueron un 27,3% inferiores a los del mismo período del año anterior. En total se tramitaron 805 expedientes que respecto al mismo periodo de 2019 suponen una caída de 302, con un expediente más que hace un año en enero, pero 80 y 223 menos que en los meses de febrero y marzo de 2019 respectivamente. Las certificaciones fin de obra también registraron un descenso anual del 72,1% en el mismo período, al igual que su valor de liquidación, que fue un 63,8% inferior al de hace un año. Por su parte, la venta de cemento en el primer trimestre muestra una disminución anual del 14,2%.
Pero no solo fueron los indicadores cuantitativos los que reflejaron una menor actividad. El índice de confianza empresarial del sector también retrocedió en la encuesta de abril, cayendo un 28,3% debido tanto a un empeoramiento de los resultados en el primer trimestre como a las malas previsiones para el segundo. De hecho, cerca del 90% de los empresarios de la construcción apunta un empeoramiento de su actividad en el periodo de abril a junio. Las previsiones de mantenimiento de actividad son del 11% frente al 44% del trimestre anterior, mientras que ninguno cree que mejorará en el segundo trimestre del año los resultados alcanzados en el primero (7%).
El empleo en el sector se resiente en marzo por el impacto de la crisis del COVID-19
Del mismo modo que los indicadores de actividad, el empleo también apuntó retrocesos, tal y como muestra la afiliación a la Seguridad Social en el promedio del trimestre que retrocede un 5,8% en tasa de variación trimestral y un 4,2% en tasa anual debido a la dura caída del -13,1% en el mes de marzo, ya que en los meses de enero y febrero las cifras de afiliaciones se mantuvieron estables con un 0,2% y 0,4% ocupados más que en los mismos meses del año anterior.
Por otra parte, la cifra de paro registrado aportada por el SEPE, revela un incremento interanual del 4,3% en el promedio del trimestre, que si analizamos para cada uno de los meses muestra estabilidad en los datos durante enero y febrero, con variaciones del 1,4% y del 0,2% respectivamente, y un aumento significativo en marzo debido al parón total de la actividad del sector durante la etapa más dura de la crisis sanitaria, con un crecimiento anual en el número de parados del 11,4%.
El trimestre finaliza 45.462 afiliados a la seguridad social en el sector de la construcción y 23.433 parados registrados en las oficinas de empleo público lo que supone un retroceso anual en la ocupación de 6.827 personas y un aumento del número de parados de 2.397 desempleados en el último año.
El sector inmobiliario se comportó favorablemente en el arranque de 2020
La compraventa de viviendas registra en el primer trimestre un incremento anual del 18,6%, debido tanto al aumento de la compraventa de viviendas nuevas (1,9%) como, especialmente, de viviendas usadas (23,2%). El precio de la vivienda libre aumenta en el primer trimestre un 1,4% interanual, mientras que el de la vivienda protegida cae un 1,2%. Por su parte, el número de hipotecas sobre viviendas, en el primer trimestre, aumenta anualmente un 0,7%, al igual que el importe de las mismas, que sube un 8,1%.
