El artesano corta las piezas, les da forma a su gusto y después, para que las figuras tomen color, aplica esmalte fabricado a partir de óxidos y pigmentos entre dos trozos de vidrio que luego une. A continuación, la pieza va a un horno que alcanza los 1.000 grados y ahí el óxido, al quemarse, hace que el esmalte que está entre los vidrios se infle y se produzcan burbujas y diferentes texturas.
Por su parte, Carla Della Vedova, expone muñecos, sonajeros y adornos tejidos con ganchillo mediante la técnica amigurimi, que es un acrónimo de dos términos japoneses, 'ami' que significa tejido y 'nuigurumi' que quiere decir muñeco de peluche. Este estilo es cada vez más conocido en Occidente y se caracteriza porque se teje todo con un punto básico y en redondo.
Della Vedova, que también cuenta con su propia marca, 'Ayres del sur', trabaja con tejidos en algodón lavable.
Ambos artesanos han ido de la mano mostrando sus trabajos por diferentes islas como Fuerteventura, Tenerife o Lanzarote, aunque normalmente exponen en mercadillos del sur de Gran Canaria, ya que los turistas son sus principales compradores.
Y no solo eso, Pablo Arrigo y Carla Della Vedova, que también realizan encargos personalizados, cuentan con un establecimiento en Agüimes donde se pueden encontrar todas sus creaciones.
