En estos momentos se están adecuando varias de las seis hectáreas de superficie de la finca de Hortabell para plantar cultivos de invierno como cebolla, puerro, millo, pimiento, calabacín, etcétera que esperan recolectar en los próximos dos o tres meses. Mientras, se preparan vías alternativas de comercialización como acuerdos con cooperativas agrícolas, venta en mercados de productores agrícolas, venta a minoristas, a hoteles... En este sentido, la finca aporta también instalaciones de alto rendimiento y con equipo de procesamiento del producto hasta cuarta gama, es decir, maquinaria para procesar incluso ensaladas empaquetadas, por lo que no se descarta su utilización para la venta de productos agrícolas.
Los nuevos empleados, ocho hombres y cuatro mujeres, que cuentan con formación ocupacional de grado superior equivalente a capataces agrícolas, tienen un contrato en prácticas por un periodo de seis meses, aunque se pretende desde Adesco, asociación sin ánimo de lucro que fomenta el autoempleo y que contribuye a recuperar el sector agropecuario de la isla, que a la finalización del contrato se involucren en un proyecto de emprendeduría social autoempleándose en una empresa cooperativa donde los propios trabajadores sean los propietarios. Este nuevo diseño de creación de empleo y de recuperación de los recursos locales, a través de la colaboración de la iniciativa pública, la privada y la social, está empezando a andar.