Más grave resulta aún la situación para Canarias, ya que esta iniciativa supondría la entrada de los grandes capitales dentro de la prestación sanitaria, de manera que las grandes cadenas de farmacias se ubicarían en zonas geográficas pobladas y por tanto rentables, forzando al cierre a las Oficinas de Farmacia de núcleos pequeños y rurales, menos rentables y con mucha menos capacidad de competencia frente a las grandes cadenas, caso que en nuestro archipiélago, al ser un territorio fragmentado, es el mayoritario.
Según un Análisis sobre el anteproyecto realizado por el prestigioso consultor y farmacéutico Agustín López-Santiago, la apetencia de grandes laboratorios y mayoristas por entrar en el sector minorista de distribución farmacéutica española, para generar economías de escala basadas en la integración vertical, podría tener el efecto colateral de la expulsión del farmacéutico, como profesional liberal, vertebrador y exponente de las clases medias.
El secretario federal de los centristas concluye llamando la atención sobre el hecho que un anteproyecto de ley tan importante para la Sanidad pública salga desde el ministerio de Economía y no del de Sanidad, lo que da que pensar que prima el interés mercantil frente al interés sanitario de la población, usando una estrategia clásica que pasa por la descapitalización de la farmacia, el impago de recetas, la caida de rentabilidad y el desprestigio de los profesionales para finalmente hacer entrega del sector a las corporaciones globales, concluye Alfonso López.