Asimismo, desde la Asociación abogan por ofrecer experiencias inolvidables enraizadas en las características más auténticas de la cultura y la sociedad lanzaroteña, "experiencias que no se puedan encontrar fuera de nuestra Isla", aclaran, "como el paisaje de nuestras higueras, el arenado con papas o piñas de La Geria, los puestos de artesanos o la esencia del arte bohemio de los pintores y escultores de nuestra tierra, entre otros, que dan lugar a una instantánea que aporta un sello único e insustituible de Lanzarote de cara a los turistas".
Con todo, José Valle subrayó que proteger nuestro sector primario, así como las tradiciones y nuestra cultura, es la mejor manera de progresar como sociedad y de mejorar como destino. "Lanzarote tiene cualidades de sobra para imponer su sello e impronta propios. Apostemos por ensalzar la riqueza de los productos agrícolas, fomentemos el valor de nuestro paisaje y nuestras costumbres, como ya hizo el gran César Manrique. La Casa-Museo del Campesino es una muestra de ello, y sin embargo, cada vez que se abandona una finca o un artesano se ve obligado a cerrar su taller, Lanzarote pierde un valor incalculable como sociedad y como destino", puntualizó.