En los vuelos de salida, los retrasos más destacados han sido el de un vuelo con destino a Basilea programado para las 6.55 que ha salido con dos horas y diez minutos de demora y un vuelo con destino a Málaga con una hora y tres minutos de demora.
En cuanto a las llegadas, un avión procedente de Bucarest que debía aterrizar a las 6.25 horas no lo hará hasta las 11.00 horas, con cuatro horas y 35 minutos de retraso.
A primera hora también han operado dos vuelos previstos para la noche del lunes, un avión en dirección a Bucarest y otro procedente de Praga, que han acumulado más de siete horas de demora.
Según fuentes de la compañía, la situación operativa de la compañía es "normal" y no se registran nuevas cancelaciones más allá de las anunciadas con motivo de la huelga en Francia. Vueling ha cancelado 18 vuelos en El Prat, nueve de salida y nueve de llegada, todos enlaces con aeropuertos franceses que se comunicaron con un día de antelación, por lo que los pasajeros ya no han acudido al aeropuerto.
La Dirección General de Aviación Civil de Francia (DGAC) subraya que no se puede achacar a los controladores aéreos franceses los problemas que sufre la compañía Vueling y menos cuando se da la circunstancia de que este fin de semana no hubo ninguna huelga y la aerolínea siguió suprimiendo vuelos.
En cuanto a la huelga de controladores galos que se prolongará este martes y miércoles, el portavoz de la DGAC dijo que el seguimiento de este paro es "limitado", aunque todavía no se pueden ofrecer cifras sobre la incidencia en el tráfico aéreo.
En cualquier caso, insistió en que a la vista de los trabajadores que habían manifestado su intención de sumarse a la protesta, la DGAC no había solicitado a las compañías que redujeran su programa de vuelos para hoy, aunque se ha constatado que sí lo han hecho algunas compañías de bajo coste, y citó los nombres de Vueling, Ryanair y Easyjet.
A ese respecto, puntualizó que las compañías "clásicas" como Air France o Iberia no han tenido que anular vuelos porque su modelo operativo les permite absorber los "reducidos" retrasos que se producían por la huelga de controladores.