Por ello, pide que se realicen en los aeropuertos de origen con destino Canarias test rápidos a todos aquellos pasajeros que tengan previsto viajar a las Islas, con el fin de identificar a posibles positivos, así como que los pasajeros puedan demostrar con un documento oficial que están libres de COVID-19.
En este sentido, Ashotel apuesta por una coordinación total entre empresarios, turoperadores, aerolíneas y la Administración para garantizar ese corredor sanitario que no persigue otra cosa que garantizar la seguridad, uno de los principales valores que ha caracterizado hasta el momento el destino Islas Canarias.
Para mayor garantía, los hoteleros también proponen que residentes y turistas puedan contar con aplicaciones en los teléfonos móviles (app) que permitan realizar de forma rápida y eficaz la trazabilidad de sus movimientos y conocer en todo momento con qué personas han estado en contacto. Estas app, que podrían funcionar como códigos QR en los dispositivos móviles, servirían como una especie de 'pasaportes biológicos' cuyo único fin es proteger la salud de quienes residen y se encuentren en cada momento en el Archipiélago. De esta forma, esos códigos QR se validarían en todos aquellos lugares a los que acudan residentes y turistas o en donde se les preste un servicio, como a la entrada de los restaurantes, los establecimientos alojativos, en los servicios públicos, centros comerciales...
Ashotel opina que las Islas, cuyo motor económico, el turismo, será posiblemente de los últimos sectores en arrancar en su totalidad tras este parón obligatorio por el estado de alarma decretado en el país, debe dar "pasos muy firmes, teniendo en cuenta que cualquier error puede dar al traste con la principal industria de las Islas, que supone el 35% de su PIB y que en estos momentos se encuentra hibernada", explica Jorge Marichal, presidente de la Asociación.
Los hoteleros sienten la responsabilidad que tienen entre manos en Canarias, no solo por cómo podrán afrontar el proceso de reactivación de sus negocios, sino especialmente por el importante volumen de empleo que depende de ellos, unas 70.000 personas solo en hoteles y apartamentos, que en estos momentos se encuentran en un alto porcentaje en situación de ERTE.
