Ahora, a pesar de las alertas lanzadas desde las patronales turísticas y de las "nefastas consecuencias" que ha tenido para la industria canaria esta decisión, el gobierno sigue sin flexibilizar las medidas y abocando a las familias británicas a buscar otros destinos donde disfrutar de sus vacaciones de invierno; las denominadas 'half-term´ que este año tendrán lugar del 14 al 18 de febrero.
Desde la patronal majorera se insiste en que a los turistas del espacio Schengen únicamente se les exige un test de antígenos negativo para entrar en el país, por lo que sería suficiente para permitir la entrada a los turistas del Reino Unido mostrar una prueba de PCR negativa y, además, el cerficado de vacunación de, al menos, una primera dosis de la vacuna anti covid.
"No pedimos bajar la guardia ni dejar de aplicar los protocolos anticovid, sino que exigimos aplicar las medidas con coherencia para poder ser destinos seguros pero, al mismo tiempo, también reactivar la economía", concluyó Hormiga.