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02 Feb

Como si fuera una vuelta atrás o no, resulta que los medios (...) sacan a la luz un presunto negocio en que se descubre que altos cargos, mujeres y hombres respetosos, gente que llegan a fin de mes sin que nadie ni nada les haya llamado a capítulo – la justicia – notan, saben y conocen que una propina es una caridad que premia los servicios prestados a la causa. Unos pocos miles de euros cada mes, una cantidad austera para que al frigorífico (tan frío) no le falte caviar ni champaña. Un plus austero para dar ejemplo, como el copago por receta médica que ahorrará a las arcas suizas del estado y servirá para que la gente no se envicie con la acumulación de medicamentos, ¡hasta ahí podíamos llegar! Son los que siempre han mandado, antes y ahora, dice un escéptico.

El párrafo anterior podría haberlo pronunciado doña María de los Dolores de Cospedal. Definamos pues, la palabra Cospe, que dice que es persona o cosa mala de manejar. Cuando el cospe era majadero, se decía que era un piojo pegado. ¿Gustole?, si, contestó la vecina que vuelve a pasear, armada con su botellita de agua, después de la gripe que le entró en el mes del frío. Y me da como pena, continuó, sobre todo de la infanta y del rey, el pobre. No hay derecho. En mis tiempos, cuando pegaron las votaciones, en mi familia reuníamos un montón de pesetas, ay, cuando llegaban las elecciones y los políticos venían cada cuatro años con los sobres canelosos y nos daba para pagar la venta, que era cuando corría el dinero. A ver si me comprende. No, musito, la duda me embarga. Pues aprenda, vecino, como se nota que no lee la prensa y no tiene internet; mi yerno maneja el ordenador que da gusto verlo, estuvo en un hotel en servicio técnico en los años buenos. Fue el que hizo la barbacoa en la azotea. Buen elemento.

Y pasa el bobancón que en todos los pueblos existe, como la torre de la iglesia, y va cantando mientras arenga a la masa motorizada: Ni en Francia ni en Alemania, ni en China ni en el Japón, hay chicas como en España, que sepan llevar el mantón...y prosigue su recorrido cotidiano que, como la vecina, es la terapia que el médico le recetó. Y ambos quedamos asmados (...) sin saber que réplica refrenara su copla sabia. Hasta que la señora bebe un sorbo, ríe y sentencia: pues desde que yo recuerde hubo sobres con dinero dentro para que votásemos por el mismo. Ji ji. ¿Cómo?, pregunta uno. Pues sí, mi niño, es la pura verdad, como lo oye. Lo de los sobres con dinero dentro está ya pasado de moda; yo los vi y recomendé que familia que vota unida permanece unida.

El sobre es soporte antiguo, portador de nóminas, de cartas de amor, de citaciones (aún) judiciales, de multas, de avión o no, ribeteados de colores, con banda que se pega pasándole el labio, sepia o blanco, que se abren en las mesas después de la urna, etc. y que hasta la fecha (...) siguen sin tener repuesto que les supere. Es el sobre que hoy – hipócritamente – nos escandaliza, pero menos ¡todos son iguales!, dice uno que votó y que parece que no votó. Y que fue usado para comprar las voluntades rendidas con billetes de cinco o diez mil pesetas.

Yo, dice la paseante, jamás en la vida pensé que esta gente tan fina pudiera llegar a robar o que la infanta, la guapa, esté metida en pleitos. Me da bastante pena y deseo y espero que el rey – me cae bien y él se cae mejor – se recupere por el bien de España. Bebe un sorbo y sigue, y que el yerno, bien parecido, demuestre su inocencia. Ayer robaron al ladito mismo de mi casa un ordenador, dos móviles y una ristra de cobre, los malandros que todo el mundo conoce; no sé que hace la policía, estamos desamparados y no hay derecho.

Y se va, a ver la TVC que emite esta noche la final de murgas. Mis hijas tienen el corazón dividido, unas son fanáticas – mi Saray – de los Bombones y la más chica – mi Cathaisa- de los Diablos Locos y mis yernos de los Mamelucos o de la Ni Fí ni Fa, fuera de concurso. Ya veremos. Lo que si le digo es que una está cansada de tanta crisis y de tanta mala noticia, hay que entretenerse, mi niño, y como la tele no hay nada, ¿vale?,si.

Y se va, meditando en voz casi alta, que el sobre no es lo que sobra, pero sobra y se entrega con una propina al que nada le falta, o sea al que todo le sobra; esto es el sobre. Y se persigna.

Bar....cenas, bautizos, comuniones, cenas de empresa, etc. Y es que somos una potencia mundial en el ámbito turístico y como dice el alcalde de San Miguel: tenemos el mayor número de hoyos. Lógico. Nos sobran (...) agujeros que es sinónimo de sobre que no sobra, pero sobra. Sobran muchos. Creo.

Juan José Dorta

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