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05 Feb

Guillete: lo mejor para el hombre

Siempre me agrada encontrar a mi vecina, la que pasea llevando la botellita de agua y se detiene a charlar (...) un rato. Y ocurrió hace pocos días en que me interpeló: ¿Tu has visto la cantidad de ladrones...? si, le contesté, algo se lee y se ve en las cadenas; si, una vergüenza. ¡Una vergüenza!, se engrifó, ¡más que éso, habría que meterlos en la cárcel a esos políticos o, como dice mi yerno, afusilarlos...! no hay derecho.

Y acabó media colorada, después de beberse un par de sorbos. Yo estoy de acuerdo, a ver si me comprende - prosiguió - con mi nuera; ella lee algo y le encantan las novelas de miedo y sabe bastante. Es una gobernosa y una sabida, ¿comprende? no. Bueno, pues ella, la pobre, es partidaria de la pena de muerte y del que la hace la paga, como dicen nuestros líderes. Así que le traigo un papel que sacó de la Internet y se lo dejo para que lo lea si tiene tiempo. Dice cosas graciosas....¿ quiere esta escritura? Si. Y se va, no sin antes despedirse con la frase: "Todos son iguales, a mi no me engañan más..."

El folio refleja lo que sigue:"la guillotina es máquina aséptica y muy francesa, aunque en honor a la verdad (...) fue un alemán de apellido Schmidt, mecánico de clavicordios o de pianos, es lo mismo, el inteligente inventor de este artefacto, aunque fue en la revolución contra la aristocracia y el vasallaje gabacho, cuando tomó carta de naturaleza. Es, esencialmente, como una portería angosta, provista de cuchillo cumplido para que el corte se produzca con mayor eficacia. De manera que el reo solo sienta "un ligero frescor en el cuello" según sentenció un médico que aconsejaba al gabinete de la mal llamada etapa del terror. Después de algunas pruebas, la guillotina se perfeccionó hasta el punto que cercenaba la cabeza en un instante y el condenado abandonaba este mundo como si nada. Hay que decir que en las ejecuciones públicas – siempre un evento de rotundo éxito – las plazas cubrían su aforo y las mujeres, en general, entretenían las pausas entre corte y corte, tejiendo rebecas de lana y hablando de la carestía de los precios en los mercados de Paris". Y añado de mi cosecha – continúa la misiva - que "la reventa de entradas para ver decapitaciones era práctica habitual ya desde aquellos lejanos años, que había música con la Banda Republicana (...) tocando La Marsellesa y que los pantalones de piquillo eran los que calzaban los ajusticiados, amén de jubón a juego y el pelo del cuello recortado cual corte de león, que fue moda despreciada por la gente seria. O sea que nada nuevo hay ahora que no se produjera antes. Y termino esta primera entrega con el apunte siguiente: "la guillotina es limpia y no tiene alma; es rápida y sólo necesita un elemental mantenimiento por parte de los afiladores. Un ligero pasado de la fregona y daba algunos puestos de trabajo en el gremio de la cestería porque en esos recipientes se guardaban las cabezas cortadas (las funerarias ni antes ni ahora han sufrido los embates de las crisis) y, por supuesto, los carpinteros que reparaban cualquier desperfecto que se produjera, siempre con serrucho, perdón, en la mano" Etc....ya seguiremos chateando, pero no (se) me olvide que la guillotina puede animar el comercio local si se monta los domingos en la plaza a la salida de misa. No sé... es una opinión. Chao.

Bueno, pues esto es lo que hay. Aunque para no hacer sangre, añadiremos que lo anteriormente narrado debe corresponderse con que nuestra versión tiene una ligera variante que es que ¡no se le corta la cabeza!, no, sino que en la ranura do pasará la cuchilla se coloca un tope que interrumpe la bajada mortal, que hará ruido y que el que espera la muerte se deja cagar como un niño y que se da cuenta que sigue con la cabeza bajo los hombros, está vivo, pero no tanto; nada volverá a ser igual y, para que la gente se ría, no toda, y que se le perdona la vida al condenado, para que constate que hay otro tiempo después de la guillotina, (repetir lo menos quinientas veces este último párrafo, como penitencia, por si las moscas).

¿Matamos a los políticos, a los empresarios, a los gestores, a los futbolistas, a los directivos corruptos...? No, basta con escenificar lo que hemos ensayado. El purgatorio en este planeta es peor que el limbo y el infierno- lo ha dicho hasta el papa blanco con zapatitos rojos- está aquí. Y lo que dice el papa, nos, es dogma de fe ¿vale? Y te absuelvo porque tengo un día bueno. Así que arrepiéntete, hereje descreído. Te espero en la bajadita.

A lo mejor continúa esta entrega sobre las maquinillas de afeitar. No sé...aunque si, juro (...) o prometo, que si volvemos sobre el tema y tengo cabeza, seré más duro; sólo un poco más, depende de lo que vaya saliendo, que saldrá. Y lo de dureza es un matiz, como presunto, legal o tesorero. Hay que tener confianza. Y Esperanza, no te olvides, dice La Guirre en su twitter, que algo sabrá de las intimidades de sus compañeros. Por algo se marchó antes de lo que está pasando.

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