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02 May

Después de un tiempo en que la tecla no daba señales positivas, retomo la crónica con este enunciado que no va a hablar de esa fiesta del trabajo dónde no lo hay, por lo que obvio cualquier comentario sobre el particular, salvo que si el noventa por ciento – ya se ha dicho, pero poco se ha oído – de la gente tuviera conciencia de su condición, no sería necesario manifestarse. Gobernaría, ojalá, la juventud incontaminada que la hay y hoy la están echando. Sería lo lógico si espantan a los buitres que siguen ahí, apoyando la miseria, mientras saben que está preso – insólita situación – su ex jefe por presunta golfería y latrocinio.

Y es que entre el caso Bárcenas que aún sigue suelto, los dobles o triples sueldos de la cúpula de la derecha, la obscena penitencia de Eufemiano y de la Pantoja, los desaparecidos (...) en Santa Cruz y los otros que no aparecen en G.Canaria, la cifra insultante de parados y la caradura de los portavoces que saben a quienes manejan, la paciencia infinita de la raza ovina, el túnel del Bicho (...), el teleférico entre la Isleta y el Refugio, los barcos de la Romería de Tegueste (...), la busca del tiempo perdido en forma de abrir los comedores escolares durante los meses de verano para que los niños se nutran, la golfería rediviva, el fracaso de lo que era normal que fracasara, del oír ya no voto más o del todos son iguales (...), la promoción del nuevo trabajo (...) de Diego el Cigala, la programación de la TVC y del resto de cadenas, del chollo, de las estrellas michelín, de que la sintonía musical de la Champion sea de Haendel, de la doble vara de medir, etc. etc. etc., no se me ocurre mejor comentario que hablar de la coronación del nuevo rey de Holanda. Si, lo reconozco, es asunto menor y siento decepcionar. Y copio un suelto de prensa sobre el atavío de (doña) Leticia, con zeta, y el príncipe que a lo mejor reinará. Peor lo tiene el de Inglaterra.

Y el artículo en cuestión dice: "...el vestido largo, en seda y tul titanio, con un bordado en microperlas de acero y cristal, que realzaba su figura, sobre el que lucía la Gran Cruz de Carlos III. Doña (...) Leticia acompañaba su vestido con un tocado disco con pétalos de organza y plumas al tono. Además, calzaba sandalias y portaba un pochett en ante (previamente matado) hematite. Por su parte, el príncipe de Asturias vestía el uniforme de gala de la Armada española con varias condecoraciones (ganadas en innumerables batallas) y con la banda de la Orden de Guillermo"

Así, por la cara. Y el plagio del párrafo citado alguien lo escribió y sigue – como Bárcenas – suelto, soltando baba de caracol que dicen que es sana. Y la crónica se acompaña de una foto en la que puede contemplarse la realeza (...) en todo su esplendor. Una parranda de presuntos hemofílicos que se ríen de todo y de todos. Una pandilla de caraduras bien comidos y mejor bebidos que se habrán gastado en una ceremonia anacrónica en pleno siglo XXI (después de Cristo, ojo) lo que daría para dar de comer a los niños canarios (esto es demagogia) o para terminar la penúltima fase del túnel del bicho.

Todo ello, en la víspera del primero de mayo que es el día del parado que quiere trabajar. Y ella, la realeza de la gufiada Europa que no ha trabajado nunca ni falta que le hace: son ricos y nobles desde la cuna, tarareando el "sí se puede" por lo bajini, sonrientes como acabaditos de ir al retrete (ellos y ellas también tienen que evacuar sus detritus), para darle por los besos al personal que, abajo, vestidos de naranja se extasiaba. Es el pueblo que les ama. Tu siempre negativo, nunca positivo, escucho a un holandés errante y medio simplón, que desayunó zumo de el cítrico que – oh casualidad – era uno de los negocios del personaje, presunto golfo, que todas y todos debemos conocer aunque no seamos muy aficionados al fútbol.

Entre este ensayo y la cartilla de racionamiento solo queda un viernes de dolor. Todo se andará. Pero como es primero de mayo (el mes de María, de las comuniones y de los bobos) no hay que hablar de política. "Perdimos, joder", me dijo un paisano aficionado al Madrid y mañana, seguramente, dirá lo mismo otro isleño ante la eliminación del Barça. Y lo entiendo. El rey es un gafe y fue al Bernabéu, le apunto. Pero sigue siendo el rey.

Moraleja: de los que corren alguno escapa y si tiene un buen abogado, mejor; puede pagar la fianza para librarse de lo que no se libraron los que pueblan, mayoritariamente, las cárceles de la madre patria. Queda el Purgatorio. Pero es otra historia.

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