Al igual que está pasando en otras modalidades deportivas en las que las mujeres empiezan a cobrar su cuota de protagonismo, ahora un grupo de ciclistas y ex ciclistas está luchando a brazo por recuperar un Tour de Francia femenino que nació en 1984 y ha sufrido altibajos en su denominación, su estructura y su continuidad.
Joane Somarriba, que ganó en tres ocasiones una de estas pruebas y otras grandes ciclistas como Kathryn Bertine, Emma Pooley, Marianne Vos y Chrissie Wellington iniciaron una campaña para recuperar la ronda gala para las mujeres. La respuesta de la sociedad no se ha hecho esperar y ya han reunido más de 70.000 firmas. Por aclamación popular, la empresa organizadora del Tour, Amaury Sport Organization (ASO), se ha abierto a conversar sobre la posibilidad de recuperar el formato para el próximo año.
Solo es un paso, pero puede ser enorme, sobre todo porque el deporte no puede verse abocado a una serie de desigualdades tan flagrante y, ya puestos, mientras en el ciclismo femenino son contados los casos conocidos de dopaje, en la categoría masculina no salimos de un escándalo y hemos entrado en tres más.
Eso sí, ya puestos, desde esta humilde y modesta tribuna lanzo un mensaje a las autoridades deportivas españolas, a patrocinadores y televisiones para que también luchen por tener una carrera ciclista española, que no se limite a critériums de poca monta. Oigan, que es que hemos tenido a una triple campeona de Tour, en clara competencia con la intratable Longo.
Además, no sé qué sucede con el deporte femenino en España, pero a poco que se les dé unas mínimas condiciones, una pequeña inversión, los resultados
son, sencillamente, espectaculares.
Juan Antonio Alonso Velarde