¿A qué espera el Ejecutivo de Mariano Rajoy para poner mano dura y decirle claramente a la patulea de nacionalistas-independentistas que éste no es el camino a seguir? ¿Tiene algo que esconder el inquilino de La Moncloa cuando necesita ocultar esos encuentros secretos (que luego se acaban desvelando) con Artur Mas? ¿Hay algún acuerdo bajo cuerda que no conozcamos los españoles a estas alturas y que sólo busque beneficiar a Cataluña? Hombre, de momento, no hay dinero para hospitales, colegios o para poder alimentar a 50.000 niños, pero sí que hay pasta para que la TV3 haga un despliegue spielbergiano de la Vía catalana?
En España no podemos tolerar este tipo de bromas que, desde luego, ya pasan de lo chusco a lo realmente grave, entre otras cosas porque acaban despertando sentimientos encontrados entre los ciudadanos que ven como su Gobierno no actúa ante el chantajista de Artur Mas y que quien sale a defender la unidad de nuestro país son unos fachas retrógrados, gentuza perfectamente reconocible y que lo único que consiguen, lejos de alcanzar precisamente su objetivo, es darle munición y carnaza a los nacionalistas con esos actos de agresión e irrupción en un local.
Una pena que en pleno siglo XXI estemos debatiendo sobre la unidad de España y tengamos que estar justificándonos continuamente. Aquí no se trata ni de tanques ni de aviones, se trata simplemente de cumplir con la legalidad vigente. Pero, oigan, si quieren referéndum, que se haga como en el Reino Unido. Los escoceses le llenaron la cachimba a Cameron y éste ha programado una consulta para 2014 con una pregunta sencilla, ¿quieren ustedes ser independientes? Pues aquí, igual, pero el que se sale de España que no siga ordeñando la escuálida teta de los presupuestos españoles.
Juan Antonio Alonso Velarde