Chabelita no deja de ser, con todos mis respetos, una cría que se ha visto deslumbrada por los focos, que en realidad no sabe qué hacer con su vida. Ahora nos la venden como una periodista experta en modas. Vamos, ríanse ustedes de Adolfo Domínguez, aquí ahora la que va a marcar tendencia sobre lo que hemos de llevar puesto es una imberbe cría de 19 años, a razón de 900 euros por programa. A la semana va a llevarse 1.800 euros y al mes, euro arriba euro abajo, 7.200 y más de 86.000 al año, cantidades esas que no gana ni de lejos muchos científicos en nuestro país.
Seguramente, cuando la hija de Isabel Pantoja sea criticada y denostada por los mismos que ahora le ponen en sus manos el juguete de un programa, empezará a ser carne de cañón para acabar de plató en plató, del Sálvame, al Sálvame Deluxe y tiro porque me toca. Luego tocará hablar de sus relaciones, que si Alberto Isla, que si Perico el de los Palotes y así hasta completar el círculo vicioso, que no virtuoso, que ya completó en su momento Belén Esteban y otras pedorras de su categoría, gente que sólo está en la palestra por mercadear de manera despiadada con su vida personal y, de paso, con la de las personas que están en su entorno para poder retroalimentarse continuamente. En eso, es verdad, Chabelita lo tiene más sencillo, bastará con que la madre sea noticia para que la hija sea llamada de urgencia a los platós a contar miserias de Cantora y alrededores.
Juan Antonio Alonso Velarde