Pero más allá de eso, lo que produce verdadera risión es que encima un partido como el PP, con su presidente al frente, Mariano Rajoy Brey, se dedique a mentir como un bellaco y afirmar sin que se le caiga la cara de vergüenza que Ciudadanos quiere eliminar el AVE. Y se queda el gallego más ancho que pancho. No, señor Rajoy. Rivera nunca dijo eso. Lo que vino a decir en la presentación de su nuevo paquete de medidas económicas es que España no puede seguir gastando indiscriminadamente en AVE, pero que las obras que ya estuviesen licitadas, obviamente, se ejecutarían como está mandado. Pero a partir de ahí, el dinero habría que dedicarlo a cuestiones que también le dan un plus de crecimiento a una nación como la nuestra, que es la de apostar por la investigación y desarrollo.
Uno, que ha viajado varias veces en el AVE, es un firme y acérrimo defensor de este medio de transporte, pero también entiende que, por ejemplo, no puede ser que en un viaje de Málaga a Madrid el trenecito pare en Antequera, Córdoba, Puertollano y Ciudad Real hasta llegar a Madrid. Este sistema estaba concebido inicialmente para ir de punto a punto sin paradas intermedias y menos en lugares que, sencillamente, no tienen demanda, pero sí que se hicieron estaciones o apeaderos con un claro objetivo electoral. Como bien decía el periodista Carlos Cuesta en el programa 'Rojo y Negro' de Radio4G, lo que no tiene razón de ser es que un tren que pasa de los 240 kilómetros a la hora tenga que ir frenando cada media hora para parar en un pueblo. Está claro que Rajoy, como en otras muchas cosas, ha descarrilado.
Juan Antonio Alonso Velarde