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18 Dic

La Casa 'Viuda de Darias' o la primera edificación moderna de La Gomera

La Gomera, año 1927. Una familia, Los Darias Veguero. Una mujer, la Viuda de Darias. Comercio, riqueza, dignidad, prosperidad. Una casa y un arquitecto, Domingo Pisaca.

A modo de palabras clave podríamos desentrañar un poco la historia de una de las viviendas particulares más importantes conservadas en San Sebastián y que es fiel de reflejo de un tiempo y del poder económico de la familia propietaria, la conocida como Casa de la Viuda de Darias.

En la misma calle del Medio destaca, a nivel estético, esta vivienda de corte ecléctico entre una maraña de viviendas de los siglos XVIII y XIX. Y llama la atención porque es diferente de todo lo que hasta el momento se conocía en La Gomera. Isla de maestros de obras y canteros sin mayor repercusión que las propias viviendas y sin que la historia haya recogido sus nombres para la posteridad, esta casa burguesa destaca por ser la primera obra en la isla con nombre, realizada por un arquitecto: Domingo Pisaca.

Eran tiempo aquellos –hablamos de los años 20 del siglo pasado- en los que la economía crecía a pasos agigantados, sobre todo en el norte de la isla, donde las extensiones del monocultivo platanero se canalizaban y proyectaban al exterior gracias a esas magnas obras de ingeniería que fueron los Pescantes. San Sebastián, por entonces, no gozaba quizá de ese esplendor, pero una familia controlaba los negocios de abastos insulares y una riqueza creada –con esfuerzo- durante décadas. Allí, en la pequeña Villa de San Sebastián, esta familia burguesa quiso crear una vivienda digna a su posición económica, pero también centro de sus negocios y, por tanto, señera en toda su concepción. Así, mandaron a llamar a un arquitecto fundamental para la historia de las obras civiles en la provincia como fue Domingo Pisaca, quien no dudó en idear un palacete ecléctico muy del gusto de los pequeños hoteles que por la época florecieron en la capitaliza zona de la plaza de los Patos donde, entre otros, encontramos a otro gran maestros como fue Mariano Estanga o al genial Antonio Pintor, quien en recuerdo nos quedan las tres parroquias neogóticas del norte de la isla.

Pero no, en San Sebastián jugó con los lenguajes, mezclando el modernismo con aspectos más suntuosos del art dèco, con lo mejor que se encontraba en los mercados europeos, que andaban ya en plena eclosión del racionalismo, y enviaron a la periferia diversos materiales que no dejaban dudas de la posición social de esta familia: madera de ébano de Cuba, mármol negro de Bélgica, mármol de Carrara en Italia... Una ostentación sin límite en dos plantas pensadas para combinar vivienda con negocios, donde la empresa quedaría radicada en la zona inferior y donde, tras acceder por una monumental escalera, llegar al piano nóbile, a la zona particular de la familia y donde, en un afán decorativo sin par, colocaron dos de las vidrieras más espectaculares que existen en Canarias realizadas por la conocida casa Maumejean en Madrid.

Hoy, cerrada, se prepara para una nueva vida de la que desconocemos su futuro, pero sea cual sea, seguirá siendo el referente de la arquitectura ecléctica en La Gomera o como se hablaba en el año 1927, "he aquí el primer edificio moderno de San Sebastián".

PABLO JEREZ SABATER

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