Es intolerable que en muchas ocasiones la propia Inspección educativa y directores de centros sean cómplices del incumplimiento de la propia ley, ya que, ante un altercado entre un profesor y un alumno, sigue creyendo antes a este que al docente. Se sigue haciendo más caso a la versión del alumnado o de las familias y se opta por expedientar con la mayor arbitrariedad al profesor. Estaríamos en estos casos ante actos ilegales e impugnables por no contemplar la normativa vigente en materia de presunción de veracidad.
Ya va siendo hora de que la propia Administración educativa, con su 'ejército' de inspectores y directores a la cabeza, cumpla la Ley y no olvide que la palabra del profesor prevalece sobre la palabra de un alumno o familia, en caso de conflicto relacionado con la funciones de aquel.
Jesús Manuel Díaz Lorente
Delegado del CSIF