Legalidad internacional, utopía y laissez faire
8. La legalidad internacional es el conjunto de normas que los humanos nos hemos dado como marco de convivencia, para vivir en paz y resolver los conflictos pacíficamente. Pero es preciso respetarla y aplicarla. Marruecos no la respeta (conforme a lo dispuesto en el Capítulo VI de la Carta de la ONU) y la comunidad internacional no presiona suficientemente para aplicarla (conforme al Capítulo VII). Como señala el propio BLG, "la legalidad internacional es un marco para asegurar el respeto de los derechos de los pueblos". Pero, ¿es que acaso se respetan los legítimos derechos del pueblo saharaui? Y por contra, ¿acaso han violado los saharauis los derechos del pueblo marroquí? Si la RASD hubiera invadido y ocupado Marruecos, ¿cómo habría reaccionado la comunidad internacional? Los casos de Kuwait y Timor Oriental, por ejemplo, están bien cercanos en el tiempo. Sobran especulaciones al respecto.
9. Si Marruecos ha obstruido sistemáticamente un referéndum transparente y justo es porque sus gobernantes más recalcitrantes temen perderlo, como apuntó el propio James Baker, exsecretario de Estado de EE UU y Enviado Especial de la ONU para el Sáhara Occidental. Esos gobernantes niegan así, de antemano, suprimiéndola de la realidad, la pretendida utopía (la legalidad internacional y, en su caso, la independencia de que habla BLG), al tiempo que mantienen al pueblo saharaui en la más indigna de las condiciones de vida, el exilio, la diáspora y la miseria. Esperan así ganar tiempo, agotar y desmoralizar a los sufridos y pacientes saharauis, alienar la memoria histórica de las jóvenes generaciones, vencer por extenuación a todo un pueblo, con la vana esperanza de que, finalmente, sucumbirán y aceptarán las migajas que les echen.
10. Marruecos no ha estado durante más de 40 años practicando la política del avestruz, como sostiene BLG, sino la política de tierra quemada, de hechos consumados, violando impunemente la legalidad internacional desde la tristemente célebre Marcha Negra (de población civil enardecida y manipulada, por un lado, y de tanques, aviones y tropas, por otro), urdida con la complicidad de EEUU. Y España y la comunidad internacional han dejado hacer, mirando para otro lado, absortas en otros negocios más rentables y con una visión miope, de corto plazo, que dura ya demasiado y que ha devenido insoportable, como está demostrando el chantaje permanente del aluvión de pateras de inmigrantes y las presiones sobre las instituciones de la UE.
11. Como explica el catedrático de Derecho Constitucional Carlos Ruiz Miguel, conforme al Derecho Internacional de la descolonización, la autodeterminación no significa otra cosa sino la posibilidad de que el pueblo colonizado pueda elegir libre y democráticamente entre varias propuestas: plena integración en la metrópoli, libre asociación con la misma, asociación con otro Estado o independencia. Así pues, pese a los temores y argucias de los dirigentes marroquíes, el derecho de autodeterminación –establecido por Naciones Unidas- no presupone, obligatoria y necesariamente, la independencia, a la que legítimamente aspiran los saharauis. El punto 8 de la Propuesta del Frente POLISARIO recoge explícita y textualmente, con generosidad y amplitud de miras: "El Frente Polisario se compromete también a aceptar los resultados del referéndum, sean cuales fuesen, y a negociar ya con el Reino de Marruecos, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, las garantías que está dispuesto a otorgar a la población marroquí residente en el Sáhara Occidental durante 10 años, así como al Reino de Marruecos en aspectos políticos, económicos y de seguridad, en caso de que el referéndum de autodeterminación culmine con la independencia".
12. Como señalaba CEAS-Sáhara (Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara), "la lucha por hacer valer su derecho sobre una tierra que les fue arrebatada en 1975, la paciencia y la resistencia, la fe en la justicia y la confianza en su razón, es lo que ha hecho que los saharauis, a pesar de las promesas reiteradamente incumplidas, hayan sido capaces de vivir todo este tiempo en una de las zonas más inhóspitas del planeta". Si ahora, en estos momentos, soplan vientos nuevos, es porque a la élite gobernante en Marruecos se le han ido agotando sus tretas; porque el Pueblo saharaui ha sabido resistir dignamente, una y otra vez, frente a todo tipo de humillaciones y penalidades, manteniendo su firme compromiso con la legalidad internacional (que no utopía), tejiendo una densa red de solidaridad entre todos los pueblos y llevando su causa a todos los rincones del mundo. Y porque la sociedad civil –que no siempre los gobernantes- reclama, cada vez más, el respeto y la aplicación de la legalidad internacional.
Luis Portillo Pasqual del Riquelme
Doctor en Ciencias Económicas, exprofesor de la Universidad Autónoma de Madrid