IUC señala que el documento de Repsol, de febrero de 2004, plantea perforaciones a 1.450 metros de profundidad, es decir, a una profundidad similar a la que perforaba la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de Méjico, en 2010, cuando se produjo un gigantesco vertido de petróleo al mar, que evidenció que, en la actualidad, se carece de medios para controlar tales derrames a tal profundidad con rapidez y evitando grandes daños. Si se produjera un accidente de esa magnitud, desaparecerían decenas de miles de empleos en el sector turístico, se bloquearían las potabilizadoras de Fuerteventura y Lanzarote y se dañaría gravemente al ecosistema.
IUC advierte que el Gobierno carece de una evaluación de los daños que provocaría un vertido masivo y de una estrategia para afrontar los graves daños sobre la economía del Archipiélago. Tampoco ha respondido a la pregunta parlamentaria de Izquierda Unida señalando de dónde provendrían los recursos económicos necesarios para hacer frente a una situación como la señalada.
Por último, IUC anuncia que presentará alegaciones al informe de impacto ambiental de Repsol.