En una segunda zona en la que trabajan los arqueólogos, explicó Carmen del Arco, "han aparecido elementos domésticos, elementos y estructuras de combustión, ajuar de mesa, ajuar de cocina y algunos restos de fauna terrestre, con lo cual se trataría de un área de procesado de alimentos, aunque junto a ella también vemos que hay en superficie, abundantes restos de extramonita procesada, con lo cual en algún momento y cuando sigan los trabajos con probabilidad podamos encontrar también focos de concheros".
El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, anunció que se renovará el convenio con el Departamento de Patrimonio Histórico y el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, con la colaboración de la Universidad de La Laguna "porque este yacimiento se va a convertir en nivel de referencia a nivel cultural y, por lo tanto, también a nivel turístico, por lo que sería interesante combinar la continuidad de los trabajos, con la posibilidad de poder disfrutar de lo que se va descubriendo y la propia dinámica de trabajo con visitas de colegios, turistas o personas que tienen interés en otras culturas, para poder disfrutar del trabajo que se está haciendo en estas excavaciones, que también tiene mucho atractivo".
El consejero de Cultura, Juan Jiménez, aseguró que se seguirá "ahondando en estos trabajos, de manera que se pueda consolidar igualmente esa línea de investigación que ya apuntan las arqueólogas. También queremos seguir difundiendo los resultados de las investigaciones, tal y como se ofrece en la exposición que actualmente se puede visitar en la sala de exposiciones del Archivo Insular, y que próximamente, podamos disponer de nuevos elementos que puedan ser expuestos".
Hasta ahora sí se habían localizado en Canarias de forma puntual otros restos de cerámica de torno relacionada con las culturas clásicas del Mediterráneo, pero la singularidad del yacimiento de Lobos radica en que la cerámica aparecería ya contextualizada en un emplazamiento concreto y con actividad también relacionada con la obtención de tintes para su posterior comercialización.
Los tejidos teñidos de púrpura gozaron de gran popularidad en todo el mundo antiguo, desde los fenicios hasta los romanos. Eran considerados objetos de lujo y signo de distinción social, hasta el punto de que el propio Estado controlaba su monopolio y se organizaban expediciones comerciales y militares en busca de los productos necesarios para su elaboración. También se establecieron bases en la costa africana atlántica para su extracción.
Junto a Carmen del Arco y Mercedes del Arco, arqueóloga conservadora del Museo Arqueológico de Tenerife, trabajan en la excavación Milagros Estupiñán e Ignacio Hernández, del Departamento de Patrimonio Cultural del Cabildo de Fuerteventura.