Los ayuntamientos, por su parte, se han comprometido a poner en vigor las ordenanzas municipales que sancionan a los posibles infractores y a la captura de los animales sueltos. Por su parte, el Cabildo pondrá a disposición de los consistorios las instalaciones de la Granja Experimental de Pozo Negro, en Antigua, como guardería de cabras, mientras se inicien expedientes sancionadores a infractores y subastas si se diera el caso.
Tanto el Cabildo como los ayuntamientos se han mostrado dispuestos a terminar con esta práctica que tantos daños ocasiona, y que, desde hace años, es motivo de quejas por parte de ciudadanos.
Para Juan Estárico y los concejales de Agricultura de los ayuntamientos, "las cabras de costa deben estar en las zonas mancomunadas, perfectamente valladas o en terrenos privados, perfectamente controladas", según se planteó en la reunión.