El problema surgió en 2011, cuando el Plan Territorial Especial 9 del sector agropecuario predispuso la instalación de dos zonas para uso ganadero cercanas al pozo de Aguas del Toscal y la empresa recurrió la medida al entender que el líquido podía contaminarse por la actividad, circunstancia que después corroboró un informe de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.
En ese mismo año, la Consejería de Agricultura del Cabildo solicitó un segundo informe que reiteró la posibilidad de que la actividad ganadera en Llanos del Deán y Lomo El Caballo influyera en el agua mineral potable para consumo humano que extraía la empresa.
Ante estas circunstancias, el Cabildo optó por buscar terrenos cercanos de similares características y encontró la alternativa en un terreno de 84 hectáreas, mayor que las 70 que sumaban los enclaves anteriores, alejado de núcleos poblacionales y con la infraestructura necesaria para el desarrollo de la actividad.
Este emplazamiento y la condición del revisado PIO de permitir uso intensivo en determinadas zonas de Gran Canaria, elevan a 214 el número de hectáreas con las que cuenta Ingenio para este uso, medida que cuenta también con la conformidad del sector, que lo considera mucho más adecuado, tal como trasladaron a la consejera.
"Con todo esto, hemos conseguido desatascar un plan que estuvo parado desde el 2011, estamos muy contentos porque ya queda recogido en el PIO", con independencia de que Aguas del Toscal como empresa haya cerrado, apostilló Miranda, puesto que el pozo no ha quedado inutilizado y pervive la conveniencia de no afectar un manantial, lo que se suma a que el nuevo emplazamiento es mayor y más adecuado para los ganaderos.